martes, 2 de abril de 2024

GUERRA DE UCRANIA, SUPREMACISMO ATLANTISTA Y Y FUNDAMENTALISMO DE MERCADO

 

El estado de guerra suspende la moral; despoja a las instituciones y a las obligaciones eternas de su eternidad, y, desde entonces, anula en lo provisorio los imperativos incondicionales. La guerra no se sitúa solamente como la mayor de las interpelaciones de la moral, ella la torna ridícula. El arte de prever y de ganar por todos los medios la guerra […] se impone entonces como ejercicio mismo de la razón

Martinus Nijhoff

Tenemos cerca del 50% de la riqueza mundial, pero solo el 6,3% de su población… Nuestra verdadera tarea en los próximos tiempos es encontrar una forma de relación que nos permita mantener esta desigualdad de riqueza sin comprometer seriamente nuestra seguridad nacional. Para lograrlo, tendremos que renunciar a todos los sentimentalismos y ensoñaciones; y en todas partes tendremos que concentrar nuestra atención en nuestros propios proyectos nacionales. No debemos engañarnos pensando que hoy podemos permitirnos el lujo del altruismo y la felicidad mundial… Deberíamos dejar de hablar de objetivos vagos -y para el Lejano Oriente- poco realistas como los derechos humanos, la mejora del nivel de vida y la democratización. No está lejos el día en que nuestras acciones deban estar guiadas por un pensamiento de poder sobrio. Cuanto menos nos obstaculicen los eslóganes idealistas, mejor”.

George F. Kennan

 

La guerra de Ucrania se presenta como un espejo de la época, en tanto que la opacidad de sus actores alcanza niveles macroscópicos. Este es un tiempo de enorme progreso del complejo militar industrial, que muestra su capacidad de producción de armas eficaces que aceleran sus tiempos de renovación en una escalada acelerada de letalidad. Pero, tal y como apuntó Günther Anders, las industrias de la conciencia, los medios de comunicación de masas, alcanzan el estatuto de la perfección en el arte de la manipulación, que hoy se especifica en la competencia de ocultar mostrando. En esta periférica provincia del imperio atlantista, se ensaya una nueva forma de preparar a las poblaciones para cumplir con las tareas asignadas por este portentoso dispositivo militar.

Ahora no se trata de inculcar el espíritu guerrero mediante movilizaciones de masas ardorosas en favor de objetivos militaristas, sino la manipulación con guante de seda de la opinión, programando secuencialmente la escalada hacia la guerra mediante la administración de la discreción. La ministra Robles advierte de la inevitabilidad de la misma, en coherencia con la dirección de la OTAN que solicita el incremento sustantivo del presupuesto militar. Al tiempo, el presidente Sánchez comparece con los empresarios productores de armas, enviando un mensaje sólido en las vísperas de su activación respondiendo al imperativo atlantista. Mientras tanto, los medios de comunicación de la derecha y de la progresía presentan un conjunto de nuevos expertos que popularizan las nuevas armas en las tertulias, preparando a la población ante la inapelable colisión con los malos del este.

El repertorio de actores en favor de la militarización, entendida como inexcusable en tanto que miembros de la sagrada coalición atlántica, actúa de forma sincronizada, presentándose como expertos en un problema técnico no susceptible de deliberación. Así, como en la pandemia, el volcán y otros acontecimientos, la pluralidad de posiciones se encuentra excluida y se sobreentiende que esta debe alinearse y obedecer. Aquellos que detentan otras posiciones son excluidos y silenciados, asignándoles la etiqueta letal de negacionistas. De ahí resulta que la conversación mediática es radicalmente monótona y simplista Todo termina en un relato infantil insólito: Lo que ocurre tiene como causa la actuación de un malote perverso que quiere destruir el mundo.

Este relato infantiloide se asemeja al de las viejas películas de James Bond, que termina por extirpar los males eliminando al malvado rival que encarna las amenazas. Siempre me acuerdo del primero, el perverso Dr No. Al igual que los guionistas de las pelis del 007, Putin encarna individualmente el mal, reduciendo la actual Rusia postsoviética al ignorar a las fuerzas presentes que la articulan. Presenciar la conversación en las televisiones progresistas es un auténtico esperpento, que apela a mi memoria en el franquismo, tiempo en el que se denunciaba que los agitadores movilizaban a las poblaciones con independencia de las condiciones políticas y sociales.

En esta comedia de gestación del espíritu guerrero, la izquierda más allá del pesoe representa el sumun de la discreción y la competencia del disfraz político. Para Podemos y Sumar, la tensión guerrera supone una inconveniencia, en tanto que pone en peligro su confortable arraigo en el gobierno. Es antológico contemplar sus sollozos ante el genocidio de Gaza en tanto han participado y participan en la suculenta compraventa de armas con el estado de Israel. Es notoria la capacidad de disimular de esta extraña izquierda, en tanto que en el caso de Ucrania se pronuncian en favor de las posiciones atlantistas, apoyando el rearme de la atribulada Ucrania. Es curioso que, siendo la guerra un acontecimiento axial, solo se pronuncien sobre ella las cúpulas: Yolanda Díaz, Iñigo Errejón (maestro de la discreción), Ione Bellarra o Irene Montero. Los demás parlamentarios o cargos permanecen en un silencio ostentoso. La perversidad de este mutismo radica en que su verdadero móvil es no molestar al presidente, atlantista proverbial, que, a su vez, muestra su virtuosa competencia de no molestar a los dirigentes atlantistas.

De este modo, esta lejana provincia del imperio se involucra en los desvaríos guerreros norteamericanos. En 2004, con la presencia de Aznar en el trío de las Azores que decide la intervención en Irak. Ahora el supergobierno progresista enviando tropas a las repúblicas bálticas y advirtiendo de la inminencia de una guerra necesaria. Esta paradoja expresa la naturaleza del régimen del 78 y su extraño devenir, que cristaliza en una polarización y crispación por cuestiones menores asociadas a la pugna por la titularidad del gobierno, en tanto que las grandes cuestiones son objeto de un consenso basado en un silencio sepulcral.

La verdadera razón de los distintos conflictos bélicos protagonizados por EEUU es la promoción y defensa de sus propios intereses. La frase antológica de Kennan que encabeza este texto desvela la naturaleza del atlantismo y su reconversión tras su inicio como alianza defensiva contra la vieja URSS y Pacto de Varsovia. La alianza ha devenido en una fuerza ofensiva que expande sus fronteras hacia el Este. El fundamento de este conglomerado militar expansivo es el de constituirse en una garantía solvente de la expansión del mercado global. Este crecimiento convierte en enemigos a los rivales económicos y geopolíticos, constituyendo el riesgo de guerras. Los últimos treinta años han demostrado que la OTAN se fundamenta en una guerra permanente contra múltiples países convertidos en enemigos.

Pero este imperio expansivo genera una racionalidad política que deben asumir íntegra e imperativamente sus aliados. Esta es sintetizada por Enrique Dussel como “la razón tautológica del imperio”. En nombre de los valores de la democracia y los derechos humanos se construyen enemigos que son integralmente descalificados como bárbaros, atrasados y malvados. La colonización incubó este supremacismo, que se especificó en la creación de múltiples formas de apartheid. El código es el mismo: las sociedades al este son integralmente descalificadas como no democracias. Así se invierte la relación entre agresor y agredido. El juicio que sanciona la inferioridad de los extraños se fundamenta sobre el principio de totalidad. Toda su cultura es denegada desde la perspectiva subjetiva, arbitraria, intracultural y dogmática de los portadores del modelo de la razón imperial.  Así se deniega cualquier alteridad o derecho efectivo a otra identidad cultural. El extraño del este es convertido en un portador de peligro, y, por tanto, en un enemigo.

Por el contrario, el mismo imperio del mercado global se presenta como benévolo. La frase de Kennan del principio está escrita en 1948. Representa el imaginario de los teóricos “realistas” del imperio norteamericano. El problema de fondo radica, desde la perspectiva de esta provincia del imperio, en que hasta el momento la guerra de Ucrania ha debilitado manifiestamente las economías europeas, en favor de unos EEUU convertidos en proveedores de energías y de armas provenientes de su robusto complejo militar industrial.  La anestesia comunicativa resultante de la manipulación de la información, concita la convergencia entre la derecha, la progresía benevolente y la izquierda distraída en la aceptación de la guerra como contrapartida de las obligaciones como honorables miembros de la OTAN.

El nivel de sumisión llega a un punto insólito, que se conjuga con la simulación de la vieja izquierda haciéndose el longuis. Así, la instalación de una nueva base militar en Menorca no suscita ninguna problematización en el ínclito sistema político y mediático. Así se forja una mala premonición para el futuro inmediato. No puedo terminar sin aludir a los rostros terribles de los encargados en la correa de transmisión de imponer la guerra como realidad fáctica: Borrell en Europa y Margarita Robles en España. Solo les falta anunciar la escalada bélica con los pies encima de una mesa y hablando en tejano.

 

 

 

 

 

 

2 comentarios:


  1. Hace 38 años, concretamente el día 4 de abril de 1986, el gobierno español presidido por Felipe González convocó un referéndum para que España entrara en la OTAN. Estuvo a punto de perderlo debido al fuerte rechazo de una parte mayoritaria de la población. Con un resultado muy ajustado, España entró a formar parte de la Alianza Atlántica Norte (1949) con todo lo que implica, una alianza convertida, una vez desaparecido el Pacto de Varsovia (1955) en el brazo ejecutor de los EEUU en cualquier lugar donde cree que sus intereses hegemónicos peligran, resumido, en cualquier rincón del planeta. En este momento se está extendiendo en la región de Asia-Pacífico en previsión de un posible conflicto con China. Llama la atención el infantilismo desplegado por los medios y los políticos para explicar problemas complejos, reduciéndolo todo a una historia de buenos buenísimos (EEUU y la U.E, Canadá, Japón, Australia, Nueva Zelanda y poco más) unos países donde, a pesar de la desinformación, resplandece la democracia y países donde unos gobernantes calificados por el Occidente colectivo como malos malísimos, atacan, sin venir a cuento, democracias modélicas como la de Ucrania. Rusia, China, Irán, Venezuela, Cuba, Nicaragua.... forman parte de lo que se ha dado en llamar el "Eje del Mal" países que tienen en común negarse a acatar el "orden basado en reglas" de la "Comunidad Internacional" véase Occidente. El ínclito Borrell no podía haberlo resumido de mejor manera cuando declaró que "Los europeos hemos construido la Unión como un jardín a la francesa, ordenadito, bonito, cuidado, pero el resto del mundo es la jungla. Y, si no queremos que la jungla se coma nuestro jardín, tenemos que espabilar". El ardor guerrero demostrado por la "socialista" Margarita Robles, a buen seguro que lo suscribe la derecha y la extrema derecha. En cuanto a la izquierda compatible, me temo que sigue ausente tal y como indica el autor. El movimiento pacifista está "desaparecido en combate". Sombrío panorama.
    Un saludo.

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  2. Dice la presidenta de la Unión Europea: «Ante la guerra a nuestras puertas, tenemos que hablar menos y actuar más para preservar la paz, y por lo tanto para estar preparados para la guerra. Hay que invertir más en armamento y hay que crear el todavía inexistente Comisario de Defensa».
    Guerra la que ha orquestado ella con las far-mafia-céuticas y su marido inmiscuyendose, y paz a preservar la de los negocios y adorado enriquecimiento que ahora quiere centrarse en el armamento ( https://www.msn.com/es-es/dinero/noticias/el-rearme-de-europa-dispara-las-acciones-de-defensa-en-bolsa-ante-una-ola-inversora/ar-BB1ktaGF ) . El sadismo y afán mortífero que encarnan esta y otras señoras, como la ministra de la guerra del reino de España, supone todo un avance y progreso que viene a enriquecer tantas virilidades presidenciales, mercenarios y bestialidad militarizada de forma ruin y cobarde por la alta oficialidad de la NATO, pues con arpías tan 'empoderadas' y más armamento sofisticado, no tripulado pero con videocamaras, podrían llegar a ofrecernos y transmitirnos en 'tiempo real' las acciones mortíferas y los cadáveres resultantes de sus deseados enemigos en imágenes de alta resolución acompañadas de ruido tertuliano con perspectiva de género de la misma calaña. A la estupidez masculina a caballo o boxeando no le han de faltar enfervorizadas amazonas cabalgando sobre las paupérrimas poblaciones europeas como mulas.

    La guerra tiene su oportunidad y razón de ser en esa permanente e inevitable necesidad, para el Capital y sus Estados, de conquista, agitación y crecimiento del Mercado, imperativo inscrito en el Dinero para que sus cancerígenas ganancias no se estanquen y puedan multiplicarse sin descanso. Como tiene dicho el Roto: l[a]s [halconas y] halcones de las guerras tienen sus halconeros.

    No está de más escuchar a este excoronel que habla de la 'CIA con chilaba' y la guerra por sustitutos en Ucrania
    https://youtu.be/XtOhx5kQOuM?feature=shared

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