El batacazo
de la izquierda postpinochetista en Chile es un fenómeno que trasciende a este
país y afecta a la nueva izquierda recompuesta en el tiempo de expansión del
neoliberalismo. Sin ánimo de entrar específicamente, me pregunto acerca de una
cuestión fundamental: cuando la nueva izquierda se instala en un gobierno
termina por reducir su base electoral. En España se evidencia en todos los
niveles, desde la Barcelona de Colau, en la que ocho años de gestión municipal
con un nuevo proyecto no suscita más apoyos electorales, hasta el gobierno del
estado, en el que el torrente de furiosas medidas vendidas como soluciones
mágicas no altera los apoyos a tan benevolentes gobernantes. En España, el caso
del ayuntamiento de Madrid con Carmena constituye un laboratorio político
acerca de la congelación de los apoyos.
Por esta
razón me he decidido a publicar aquí un artículo de Alicia Maldonado en el que
analiza el affaire chileno. El texto me parece de gran interés, enfatizando
cuestiones tales como el refuerzo de las fuerzas policiales por parte de Boric,
los desvaríos en política feminista y el distanciamiento entre el providencial
gobierno de la izquierda de sus bases sociales, que en Chile adquirió la forma
de la multiplicación del voto en blanco y nulo. A pesar de que en España la
contraposición entre izquierda y reflexión se hace patente, este texto puede
contribuir a que algunas personas puedan llegar a repensar los sentidos de la
acción política que tan alegremente denominan como transformadora. Al igual que en España tras 2014, los destituyentes han sido incrementalmente destituidos.
CHILE: HASTÍO, DECEPCIÓN Y LA
POLARIZACIÓN EN LAS URNAS
ALICIA MALDONADO
EL LOBO SUELTO, 10 MAYO DE 2023
Chile,
experimento neoliberal y paradigma de la desigualdad, asistió por cuarta vez a
las urnas para cambiar la Constitución de Augusto Pinochet, luego de abrir este
proceso mediante las protestas sociales más grandes que haya conocido su
historia.
En la
jornada electoral del domingo 7 de mayo, a las 17:30 HRS. cerraba la primera
mesa en Punta Arenas, ciudad natal del presidente Boric, ahí ganó el voto nulo.
Los medios
hegemónicos no paran de mostrar la fiesta de la extrema derecha dado el caudal
de votos obtenido en las elecciones de este domingo para constituir el Consejo
Constitucional, que tiene por tarea escribir un segundo intento de Nueva Constitución.
El tal llamado “giro” hacia la derecha del pueblo chileno, invisibiliza y
tergiversa a quien, en vocabulario electoral, constituye la tercera fuerza, y
es que, votos blancos, nulos y abstenciones, suman casi la misma cantidad de
votos y/o electores que reúnen la extrema derecha y la derecha tradicional
juntas (Republicanos, Unión Demócrata Independiente, Renovación Nacional y
Evolución Política).
Los grandes
perdedores electorales son la ex Concertación y el Partido de la Gente, los
primeros insisten en no abandonar la escena política electoral que los tuvo 30
años al frente del país (igualmente hoy ocupan importantes ministerios en el
gobierno de Boric), y los segundos, caracterizados por un estrepitoso
crecimiento y militancia sostenida en la emergente fuerza de las redes
sociales, sucumbieron, a horas de comenzar la elección, por llevar a una
candidata condenada por narcotráfico. Éstos no solo no pudieron quedarse con
ningún escaño en el Consejo Constitucional, sino que, además, si avanzan las negociaciones
para que los partidos con menos del 5% no puedan ser considerados como tal ante
el Servicio Electoral, simplemente desaparecerían todos de la papeleta.
Chile se
polariza, los partidos Comunista y Republicano crecen sostenidamente desde
octubre del 2019, y son quienes obtuvieron este domingo lxs Consejerxs
Constitucionales con mayor votación a nivel nacional: Karen Araya, actual
presidenta del Colegio de Profesores; y Luis Silva, abogado Opus Dei (487.549 y
707.072 votos respectivamente).
Los mismos
medios hegemónicos que exhiben la portada del New York Time con un Boric
feminista, defensor de los DD.HH., ecologista, e incluso allendista, hoy nos
hablan de este giro a la derecha del pueblo chileno, pero lo cierto, es que los
patrones de comportamiento electoral siguen intactos, incluso bajo la
perspectiva de los 50 años del Golpe Militar al gobierno de Salvador Allende.
Por más que intenten invisibilizar el fracaso del modelo democrático del
establishment para aliviar la desigualdad y actualizar el capitalismo al ritmo
de la identidad nacional, el hastío, rabia y decepción ante el proceso
constitucional, secuestrado escandalosamente por la elite gobernante, tiene una
expresión electoral imposible de acallar: más de 4.9 millones de votos nulos, blancos
y abstenciones.
La
desilusión que ha provocado el gobierno de Boric por el abandono a su propio
Programa, no se puede ocultar ni contener, a pesar del espectacular desempeño
de Camila Vallejo. El pinkwashing, y en lo que han devenido las promesas “feministas”
del gobierno, no resisten el menor análisis, y es que, a pesar de las
fanfarrias con que ONU Mujeres destaca al gobierno con el 6to lugar mundial en
paridad, las cárceles chilenas están en el 4to lugar latinoamericano de las que
más presas tienen (de las cuales el 95% son madres). Estética juvenil y
divertida, y patrullas de Carabineros de Chile pintadas de arcoíris el día del
orgullo LGTBIQ+, no son capaces de desviar la mirada sobre los USD $
1.500.000.000 del Tesoro Público que Boric traspasó este año a las fuerzas
represivas del Estado, luego de haber prometido en campaña su refundación
(Carabineros de Chile ya aumentó en un 40% su presupuesto en el 2023, y la
represión al movimiento estudiantil es exactamente igual que bajo el gobierno
de Piñera). La aprobación del TPP-11, la re militarización de la Wallmapu, la
ley de gatillo fácil, la prisión política de comuneros mapuche, la aprobación
del icónico proyecto minero Los Bronces, que según expertos y destacados
dirigentes socioambientales dejará sumida en una crisis hídrica a las regiones
Metropolitana y Valparaíso, y el retractarse de la condonación del CAE (la más
popular promesa de campaña sobre la extinción de la deuda universitaria), han
roto la confianza en el gobierno, y lacerado aún más la confianza ciudadana en
el sistema “democrático” para llevar adelante las transformaciones urgentemente
sentidas en el país, asociadas a cuestiones tan sensibles como las pensiones, y
el acceso a la educación, salud y vivienda, que hoy en día siguen siendo
un negocio que los convierte en privilegios que solo las personas con gran
capacidad de endeudamiento pueden costear.
De las altas
votaciones que sigue sumando la derecha, no solo en Chile, podemos ver con
claridad un hilo conductor entre la impotencia que muestra el Estado para
hacerse cargo de la degradación del lazo social, propia de este nivel de
acumulación y desigualdad, y los monstruos que alimentan los medios hegemónicos
a diario, instalando la mano dura como única solución a problemas como el
narco, la delincuencia y la inmigración. Así vemos cómo se va configurando la
forma predilecta del Capital, la democracia en su devenir fascistizante.
Como
sigue el proceso constitucional:
Recapitulando.
El 25 de octubre del 2020 el triunfo de las opciones APRUEBO/ CONVENCIÓN
CONSITUCIONAL, es decir, apruebo una nueva constitución, no escrita con
integrantes del Congreso, ganó por casi un 80% de los votos, esta
elección no estuvo exenta de polémicas y rechazo generalizado de la ciudadanía,
dado que surgió del Acuerdo por la Paz, documento redactado por el Congreso el
día 15 de noviembre del 2019 , dado a conocer a las 3°° de la madrugada, en
medio de la más brutal represión, que dejó decenas de muertos y cientos de
personas con mutilación ocular. El llamado Acuerdo Por La Paz, se daba a
conocer en medio de renuncias, rompimiento de coaliciones y clausurando la
exigencia callejera de Asamblea Constituyente.
El proceso
constitucional 2023 comenzó con un silencioso acuerdo en el Congreso Nacional,
que derivó el 13 de enero en la promulgación de la Ley 21.533 “Modifica La
Constitución Política De La República Con El Objeto De Establecer Un
Procedimiento Para La Elaboración Y Aprobación De Una Nueva Constitución
Política De La República”. A través de esta ley (Art. 154) se
establecieron los 12 Bordes o Bases Constitucionales Y
Fundamentales, este documento establece los límites para que el
Consejo Constitucional, electo el domingo recién pasado, escriba la Nueva
Constitución bajo la supervisión del Comité de Expertos y el Comité Técnico de
Admisibilidad (ambos órganos designados también por el Congreso). Definiciones
como la forma de gobierno, que los pueblos indígenas son parte de la nación
chilena, que las familias tienen el “derecho-deber” preferente de escoger la
educación de sus hijxs, y que los derechos sociales están sujetos a la
“responsabilidad fiscal”, son bases inmodificables para la nueva carta magna.
Cuestiones que estuvieron en el centro del debate durante las protestas
sociales y el periodo de campaña del anterior texto constitucional, fueron
borrados por pleno acuerdo de los partidos políticos que obtuvieron este 7 de
mayo la menor votación a lo largo de su historia. El diseño de este proceso,
aún más encapsulado que el anterior, y que además tiene a Hernán Larraín como
presidente del Comité de Expertos, produjo una decepción generalizada en el
proceso. Larraín fue ministro de Justicia y DD.HH. de Piñera, y el más
acalorado defensor de Paul Schäfer, líder de Colonia Dignidad, condenado por
pederastia, tortura y abuso, y relevante colaborador de Augusto Pinochet .
Este próximo
17 de diciembre, será el plebiscito de salida de la Nueva Constitución, esta
vez escrita por el otro extremo del arco político institucional, la afiebrada
derecha de Republicanos. Si bien este nuevo proyecto cuenta desde ya con el
apoyo de los medios de comunicación, los partidos de gobierno y una base
electoral de gran magnitud, corre el mismo riesgo de ser rechazada.
Este
péndulo, fuerzas de flujo y reflujo de las fuerzas conservadoras y las que
exigen transformaciones radicales, pueden nuevamente bañar de sangre las calles
de Chile, esta vez, el riesgo es incluso mayor, ya que el fortalecimiento
económico y tecnológico de las fuerzas represivas que ha brindado Boric, y las
garantías de impunidad que ha entregado gracias a la ley de gatillo fácil,
llamada también Ley Naín-Retamal, se hacen cargo del pánico que sienten las 9
familias dueñas de Chile: que nuevamente se le prenda fuego a “su” país.
El gobierno
feminista y ecologista, trayendo el eco de los ya advertidos riesgos de
convertirse en meros administradores de los sistemas de explotación y represión
que requiere un capitalismo actualizado a las exigencias culturales de la época
, por más que enmiende su rumbo hacia el programa con el que salió electo, no
podrá borrar jamás las consecuencias de la Ley Naín Retamal en los miles de
amigxs, compañerxs, vecinxs y familiares de las víctimas que va dejando la
brutal represión normalizada por la élite. Esta ley, que es retroactiva, y que
tiene como principal objetivo político persuadir la protesta social,
especialmente a estudiantes de entre 12 y 16 años, solo actualiza el Golpe de
Estado y la traición a la irrenunciable lucha por casa, comida, salud y
educación.
2 comentarios:
La izquierda hace mucho tiempo que ha perdido el rumbo, sea chilena, española..... Hasta el establishment se permite hablar de una "izquierda compatible" con la que se lleva razonablemente bien. Es la misma izquierda -reformista/socialdemócrata- de siempre que sigue sirviendo de dique para evitar cualquier desbordamiento. Nunca se ha planteado ir a la raíz de los problemas con que se enfrentan las clases desfavorecidas, todo lo más intentar corregir los excesos del sistema imperante, hasta ahora con escasa fortuna. Pero, volviendo a Chile, es muy triste comprobar que los pinochetistas, bajo otros ropajes, no solamente no se fueron nunca sino que vuelven con más fuerza. Bien es verdad que le ayudaron mucho todos los medios de comunicación en manos de la oligarquía chilena, asustando a los chilenos con la inseguridad, la inmigración. En cuanto al presidente Boric no supo o no pudo estar a la altura de las circunstancias. Un buen artículo. Un saludo para Juan Irigoyen.
Para situarnos. El padre alemán del ultraderechista José Antonio Kast, Michael Kast emigró a Chile en 1950.Durante la 2ª Guerra Mundial estuvo en el ejército alemán y fue miembro del partido nazi. Fue la agencia Associated Press la que levantó la liebre cuando se presentó a la presidencia de Chile, informando de que su padre podría (condicional) haber sido miembro del partido nazi. El entonces candidato a la presidencia de Chile tuvo que salir al paso diciendo que tanto él como toda su familia aborrece a los nazis, lo único que le diferencia de los nazis es su catolicismo militante, en todo lo demás son como dos gotas de agua.
(Por si encuentra oportuno publicarlo) Un saludo.
Publicar un comentario