En este texto, Franco Berardi Bifo hace una brillante interpretación acerca del presente, en la que el coexisten dos mundos entre los cuales estamos forzados a vivir. Uno es el mundo físico y el otro es el virtual, que es producido por los medios y las tecnologías de la información. Este remite al espectáculo total producido industrialmente, que se sobrepone sobre el mundo experiencial. Las generaciones nativas digitales se instalan manifiestamente en el espacio virtual.
Este sugerente texto expone algunas de las consecuencias de este predominio del mundo del espectáculo total. Como todos los textos de este autor no tiene desperdicio. Recomiendo vivamente su lectura pausada.
LA ENFERMEDAD LLAMADA TRISTEZA
FRANCO BERARDI BIFO
Resulta
extremadamente triste mirar al mar en estos días. Aquí, donde paso mis
vacaciones de verano, en la costa del Mediterráneo, algunos chicos jóvenes
nadan o toman el sol inocentemente. La gente joven no quiere saber qué está
pasando, ellos únicamente saben que el infierno se está extendiendo y está
engullendo su vida. A veces creo que se lomerecen. Pero sé que la ignorancia no
es un defecto, la miseria moral no es su culpa, es una enfermedad.
El nazismo
se está extendiendo, aunque no lo llamen así. Lo llamantristeza, lo llaman
Europa, lo llaman verano, el verano más cálido hasta la fecha (pero el próximo
será peor). Lo llaman elinfierno, el infierno del neoliberalismo y la
explotación financiera, lo llaman desempleo, democracia en peligro, lo llaman
Macron. Lo llaman calentamiento global. Yo lo llamo nazismo. Con la diferencia de
que esta vez no hay salida.
Nosotros,
los europeos, quienes han librado incontables guerras coloniales, quienes han explotado
recursos y personas alrededor de todo el mundo, quienes han bombardeado Libia y
destruido Irak y Siria, ahora están cerrando su puerta y asegurando sus
fronteras. La ruta de los Balcanes fue cerrada hace dos años por los nazis
húngaros y por los nazis austríacos. Los nazis franceses han bloqueado la
frontera con Italia, de modo que ahora los nazis italianos están asegurando la
frontera sur, lo cual significa que están presionando a los guardacostas libios
para que denieguen inmigrantes, los detengan, los encarcelen, los torturen y
los maten. Ellos lo llaman asegurar las fronteras. Yo lo llamo exterminio.
Hace unos
meses un juez italiano ordenó confiscar el barco de una ONG alemana llamada Juventa,
cuya misión es rescatar a la gente que se está ahogando. Las autoridades
italianas acusan a los voluntarios alemanes de Juventa de incitar a la
migración ilegal. Rescatar negros es un crimen. Pero lo más triste es el
silencio. Sueño con una flota de doscientos pequeños barcos llenos de jóvenes
rebeldes navegando desde Niza a Nápoles y desde Barcelona a Génova y las
ciudades costeras del norte del Mediterráneo. Ellos podrían ayudar a las ONGs a
hacer su trabajo, ellos podrían rescatar a la gente del agua, ellos podrían
restaurar la dignidad de Europa. De ninguna manera. La gente joven está
aplastada por la soledad, la depresión y la ignorancia. Miran fijamente, con impotencia,
el abismo. Bienvenida al infierno es el único modo de darte la bienvenida,
generación de la soledad.
LIGONES
SOLITARIOS
La expresión
“Generación copo de nieve” se refiere a la fragilidad psicológica de la
generación que crece en la antroposfera digital: en las universidades cada vez
es más probable que los estudiantes informen de que tienen problemas de salud
mental y de que están seriamente angustiados por ideas que no se ajustan a su
forma de ver el mundo, por eventos y noticias que cuestionan las expectativas creadas
artificialmente por el entorno publicitario. Su autosuficiencia se está
reduciendo y losservicios de salud mental se usan en exceso.
El verano de
2016 marcó un nuevo paso en la carrera hacia la aniquilación. Una serie de
actos suicidas terroristas en Francia, en Alemania, y guerras fragmentarias en
Oriente Medio. Una ola de migración desde el mar Mediterráneo y el constante
rechazo de los gobiernos europeos. El Brexit y la transformación de Turquía en
una dictadura de corte nacionalista con trasfondo islamista. El golpe de estado
blando en Brasil y, por último, pero no menos importante, el asombroso ascenso
de Trump en la escena americana.
Entonces, de
repente, en el punto álgido del verano, los periódicos y la televisión centran
su atención en el lanzamiento de Pokémon Go. El despliegue publicitario en
torno a Pokémon puede ser visto como una anticipación de la creación de
comunidades mentales cerradas: espacios cerrados de intercambio de simul-mundo,
un proceso de retirada tecnológica de la escena del mundo histórico. Las
tecnologías inmersivas pueden ser vistas como una herramienta para la negación
en masa. Una audiencia privilegiada evita ser mentalmente invadida por las
catástrofes que acechan al planeta y crea una atmósfera virtual de experiencias
navegables. El usuario de Pokémon sale de su cubículo friki y persigue
insectos o pájaros virtuales. Puesto que los pájaros reales están
desapareciendo y no se puede perseguir una aventura real en el campo real,
Nintendo está produciendo simulación de aventura y de vida.
En la
inquietante película de Polanski titulada Carnage, Kate Winslett hace un
comentario sobre su marido, un abogado desagradable que revisa, mira y toca
incesantemente su móvil: para él lo que está lejos es siempre mucho más
importante que lo que está cerca. No podía haber sido mejor expresado el efecto
que la convergencia digital celular ha producido en el paisaje urbano. Distante
es la información, la estimulación nerviosa que se acelera e intensifica hasta
el punto de convertir en inalcanzable lo próximo. Este reformateo mental no
está ocurriendo solamente en el espacio interactivo del intercambio semiótico.
Va más allá, involucrando a la esfera de la cognición en sí misma: la
percepción, la memoria, el lenguaje, la orientación en el espacio y en el
tiempo. El flujo de la experiencia conjuntiva es interrumpido por la simultaneidad
fractal de laconectividad. La esfera emocional está implicada en este proceso evolutivo
de laautomatización cognitiva: losinfo-estímulos proliferan y el sistema
nervioso entra en una condición de excitación y postergación permanentes.
Según las
encuestas de la San Diego State University, de la Florida AtlanticUniversity y
de la Widener University, los nacidos entre 1990 y 1994 tienen el índice más
bajo de actividad sexual de los últimos cien años. En el libro Sex by
Numbers, publicado en 2015, David Spiegelhalter, profesor en Cambridge University,
argumenta que en la media de la población global la frecuencia del contacto
sexual ha descendido de cinco veces al mes durante la década de los noventa a
cuatro veces al mes en los dosmil, y a tres en nuestra década. Los datos
ofrecidos por PornHub son notables. En 2015 se invirtieron 4 billones de horas
viendo películas porno, y la plataforma recibió 21 billones de visitas. Después
de tantas horas de sexo en los medios, poco tiempo queda para el sexo real. Desaparece
el tiempo para hablar perezosamente, y acariciarse, y establecer juegos sensuales.
En la
dimensión precaria, el tiempo tiene que ser invertido en la constante búsqueda
de salario, en la incesante competición. La energía nerviosa está
permanentemente invertida en la competición social, de modo que se gasta poca
energía nerviosa en la amabilidad, en la lenta atención erótica, en elplacer. Una
cultura post-sexual y una estética post-sexual están cobrando forma entre los millennials
de todo el mundo. Un hombre joven llamado Ryan Hover escribe en su blog: Crecí
con internet y ordenadores que moldeaban mi forma de ver el mundo y las
relaciones. Soy considerado un “nativo digital” .La tecnología a menudo nos
une, pero también ha separado a unas generaciones de otras. Intenta
llamar a un millennial
por teléfono. Pronto, las
generaciones futuras habrán nacido en el mundo de la inteligencia artificial.
Los niños entablarán relaciones íntimas reales con seres artificiales. Y en
muchos casos, estos replicantes serán mejores que la gente real. Serán más
inteligentes, más amables, más interesantes. ¿Buscarán 'los nativos de la
inteligencia artificial' relaciones humanas? ¿Tendrán relaciones sexuales?
Es un texto
irónico y agudo, ya que Ryan Hover ve las dos caras de la evolución en curso.
La nueva generación de humanos está manteniendo relaciones íntimas con seres
artificiales, y tienden a abandonar las ambiguas, angustiosas y, en ocasiones,
brutales relaciones con hombres y mujeres. La sensibilidad de los humanos
tiende a estrecharse en la medida en la que estos participan cada vez más de un
contexto artificial. Cuanto más interactúen los humanos con los autómatas, más perderán
su finura empática, su habilidad para detectar signos de ironía y de seducción,
y su sensibilidad vibracional será reemplazada por la precisión conectiva.
Es un
circuito que se retroalimenta. Cuantos más humanos crezcan solos y nerviosos,
más humanos buscarán la compañía de unos androides menos interesantes
emocionalmente. El sexo es parte del universo de la imprecisión, de la
indeterminación, que no cumple con los requisitos de la perfección
comunicativa. Aquellos que pasan la mayor parte de su tiempo en ambientes
digitales sienten cada vez más que la carnalidad es peligrosa y embarazosa.
En junio de
2016 la revista Wired presentaba una encuesta sobre citas online: Cuando
páginas web como Match.com aparecieron en escena, hacia 1995, ofrecían a
los solteros una red1 de potenciales parejas2. Escogiste un rango de edad,
claro, y pusiste unos requisitos de altura, de acuerdo, pero tus opciones se
han expandido. Gracias al poder del “todo incluido” de Internet, estuviste
deslizando el ratón de tu ordenador sobre góticos y triatletas y electricistas
y trabajadores en bancos de inversiones y chefs, y de repente dejó de parecer
una locura el hecho de empezar a intercambiar emails con alguien que es del
equipo equivocado o incluso con alguien que vive al otro lado del país. Esta
gente no fue contigo a la
Universidad,
ni tampoco conocían a tus amigos (o a tu madre). Pero 20 años después, ese grupo
de citas potenciales no se ha ampliado ni se ha hecho más profundo ⎯ha sido dividido en zonas estúpidamente específicas…
The League,
para los no iniciados, es el club de campo cubierto de yedra de las apps de
citas, diseñada para gente que es “demasiado popular”. Hay un riguroso proceso
de selección ⎯ “Nosotros hacemos todo el trabajo
sucio por ti”⎯ que tiene en cuenta de qué centros proceden
tus diplomas, el prestigio de tus títulos y, muy significativamente, tu
influencia en los medios sociales. Dos meses después del lanzamiento de The
League, en noviembre de 2014, la lista de espera era de 75.000 personas.
Seamos
claros, esto no es bueno ⎯y no solamente porque el elitismo sea
un aburrimiento. Las apps como The League van en contra de toda la promesa y la
emoción de las citas online. The League es solo uno de tantos servicios que se
dirigen a la multitud adinerada; también está Sparkology, Dating House y Luxury
(“Tinder, pero sin gente pobre” ⎯no es broma). Lamás discriminatoria
de todas, Raya, funciona únicamente por invitación ⎯básicamente, tienes que ser famoso y con un considerable
número de seguidores en Instagram para ser invitado. Pero la especialización no
es solamente para snobs. Existen apps para emparejar a gente basándose
en la adecuación de los signos del zodíaco (Align), en la afinidad por
la ciencia-ficción (Trek Passions), en hábitos alimenticios similares
(Veggiemate) y en la afición por la marihuana (My420Mate). Tener intereses en
común no es algo malo ⎯especialmente,
1 En el original el autor hace un juego
de palabras: se refiere a la red comola weird wide web, de modo que
sustituye lapalabra world (mundo), de las siglas WWW, por weird (rara).
2
Encontramos aquí, de nuevo, un juego de palabras de difícil traducción: significant
(and insignificant) others. pongamos como ejemplo, si la identidad
religiosa resulta importante para ti⎯ peroasegurarte de que todas tus
parejas potenciales tengan barba (Bristlr) o midan al menos 1’90m (Tall
People Meet) significa interactuar únicamente con el segmento de humanidad que
creemos que nos va a gustar. Eso está mal y, además, no es efectivo, porque la
verdad es que a la mayoría de nosotros se nos da bastante mal saber lo que ⎯o a quién⎯ , de hecho, queremos.
En lugar de
buscar al otro, la gente que liga por internet busca, muy frecuentemente, un
espejo. El narcisismo se encuentra con el rechazo de lo que no es familiar, de
lo sorprendente. Jonathan Franzen describe el imaginario sexual de la
generación online como una mezcla de hiper-sexualización y falta de
erotismo: porno, hiper-estimulación y frigidez: Los chavales eran perennemente
seductores y estaban perennemente insatisfechos en la misma medida en la que la
cocaína era insatisfactoria: cada vez que no estaba puesto, la recordaba como
algo fantástico e invencible, y tenía ansia de consumirla, pero en cuanto
volvía a consumir se acordaba de que no era tan estupendo en absoluto, era algo
estéril y vacío: neuromecánico, con sabor a muerte. Especialmente hoy en día,
las chicas jóvenes eran hiperactivas a la hora de echar un polvo, dándose prisa
en cualquier posición conocida por la especie, haciendo esto y lo otro, sus
coños demasiado inoloros y bien afeitados incluso como para registrarse como
partes del cuerpo humano (Freedom).
LA MUERTE ES
UN DERECHO
Entre los
incontables actos de violencia y de autoaniquilación leídos en la prensa, uno
me ha golpeado particularmente: a finales de junio de 2016, en el área de
Kyriat Arba, un joven palestino de diecisiete años, llamado Mohamed Nasser
Tarayrah, apuñaló hasta la muerte a una chica judía de 13 años que estaba
durmiendo en su cama, por lo que fue asesinado por un soldado israelí. Nada sorprendente:
Kyriat Arba es un lugar donde las familias judías se asentaron ilegalmente tras
desahuciar a las familias palestinas de sus casas, y Mohamed Tarayat creció en
un entorno de humillación, miseria y rabia impotente. ¿Podríamos definir el
acto de Mohamed Tarayat como un acto de terrorismo? Es más bien un acto de
desesperación. En la precaria Intifada, sin un liderazgo político, que está
explotando en Jerusalén, palestinos de todas las edades están cometiendo actos
que no pueden ser explicados en términos políticos o militares: salen de sus
casas con un cuchillo e intentan matar a un ciudadano israelí, generalmente sin
éxito. Esas guerrillas armadas con cuchillos consiguen, casi siempre, un
objetivo diferente: ser asesinados por soldados israelíes armados hasta los
dientes. ¿Es esto una insurrección? Yo no lo diría. Una insurrección es una
acción colectiva, un proceso que está basado en una solidaridad de larga duración
y que, generalmente, tiene el objetivo de subvertir un régimen. En el caso de
la intifada del cuchillo, tenemos acciones individuales, guerreros solitarios
cuyas armas son claramente inadecuadas para cumplir cualquier objetivo militar.
Está absolutamente claro que los jóvenes palestinos, estresados y angustiados
por la miseria, la humillación y la violencia sistemática del Estado racista de
Israel se están matando a sí mismos: suicido por policía. El joven
Tarayrah, de hecho, antes de ir a matar a un niño explicó su gesto de una forma
que no pudo ser más clara. Escribió en su perfil de Facebook una frase
espantosa: “La muerte es un derecho, y yo pido ese derecho”. ¿Acaso necesitamos
palabras más reveladoras que estas para entender el significado del llamado
“terrorismo” que está desgarrando el tejido de la vida cotidiana en la sociedad
contemporánea? El suicido es la única vía de escape de la humillación, del
infierno de la miseria metropolitana, del infierno de la precariedad.
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