domingo, 12 de enero de 2020

EL NUEVO GOBIERNO Y LA FAUNA DE LOS ESPEJOS


En aquel tiempo, el mundo de los espejos y el mundo de los hombres no estaban, como ahora, incomunicados. Eran, además, muy diversos; no coincidían ni los seres ni los colores ni las formas. Ambos reinos, el especular y el humano, vivían en paz; se entraba y se salía por los espejos. Una noche, la gente del espejo invadió la Tierra. Su fuerza era grande, pero al cabo de sangrientas batallas las artes mágicas del Emperador Amarillo prevalecieron. Éste rechazó a los invasores, los encarceló en los espejos y les impuso la tarea de repetir, como en una especie de sueño, todos los actos de los hombres. Los privó de su fuerza y de su figura y los redujo a simples reflejos serviles. Un día, sin embargo, sacudirán ese letargo mágico.
 El primero que despertará será el pez. En el fondo del espejo percibiremos una línea muy tenue y el color de esa línea será un color no parecido a ningún otro. Después, irán despertando las otras formas. Gradualmente diferirán de nosotros, gradualmente no nos imitarán. Romperán las barreras de vidrio o de metal y esta vez no serán vencidas. Junto a las criaturas de los espejos combatirán las criaturas del agua.
Borges. Los animales de los espejos. El Libro de los Seres Imaginarios.

La sociedad postmediática ha multiplicado los espejos, convirtiéndolos en una verdadera invasión de todas las esferas de la vida y la sociedad. En mis paseos por el centro de Madrid y el Retiro observo fascinado a algunas personas que deambulan solas y mantienen una relación indisoluble con su móvil-espejo. Se fotografían en todos los lugares y ensayan sonrisas con pretensión de ser sofisticadas, así como un catálogo de muecas que les homologuen con las divinidades expuestas a todas las miradas, desde sus olimpos electrónicos. El viejo dicho de Freud, “Mirar y hacerse mirar”, deviene en el eje de la vida.

Pero este progresado pueblo de los espejos, extiende la ubicuidad de estos a todas las actividades y todos los rincones del sistema. La fotogenia es una competencia esencial para prosperar en el mundo de la empresa, la ciencia o la política. El nuevo gobierno que se inaugura mañana mismo, se encuentra definido por una constelación de imágenes, seleccionadas en los archivos, y en los actos protocolarios de toma de posesión. En este mundo de espejos múltiples, no pocas personas valiosas quedan sumidas en un estado de consternación visual, al contemplar las series de imágenes que los identifican.

Las imágenes de los espejos terminan por desplazar a los discursos y las acciones, que se subordinan al nuevo orden visual. La inteligencia y la imaginación se polarizan en la invención de situaciones en las que las imágenes adquieran un esplendor inusitado. Así se construye un pueblo, el de los espejos, que sanciona un sistema social representado en las imágenes. El problema radica en que estas son inevitablemente polisémicas. Así que los maestros y los docentes de todas las clases se encuentran sumidos en un estado de perplejidad supremo, que es la antesala del estado de miedo.

Un orden social fundado en la apoteosis visual, propia del pueblo de los espejos, configura una clase dirigente coherente con este. Quizás aquí radica una explicación acerca de los grandes déficits de inteligencia que la caracteriza frente a los grandes problemas del tiempo. Estoy en la espera de mañana, para ser sorprendido por la nueva imaginación de los asesores de imagen en la creación de un acontecimiento visual que impacte sobre los espectadores involucrados en los juegos de los espejos.

Entretanto, me encuentro alarmado por la discordancia encarnada en el nuevo ministro de universidades, Manuel Castells, en el que su imagen se contrapone a su bagaje intelectual y profesional. De este modo queda convertido en material apto para la manipulación grosera en el juego de los espejos, en tanto que su poder seductor es manifiestamente restringido. Solo es portador de inteligencia sin ornamentos. En esas condiciones, puede ser percibido muy por debajo de su potencialidad por el extraño pueblo de los espejos y sus operadores.


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