Esta es la
intervención de un profesor en el primer día de clase. La finalidad es la
regulación de la palabra y la conversación en el aula, con la intención de
reforzar el orden académico. Pero, tras el discurso aparentemente democrático,
se oculta el verdadero propósito. Este es un textillo de crítica a la nueva
sociedad de control, que encuentra en la opinión pública una forma eficaz de
minimizar las voces disonantes en el conjunto de la sociedad. Las encuestas son
el instrumento esencial, siendo su auténtico designio la imposición de un
silenciamiento efectivo. Hacer hablar a todos para acallar a los discordantes. En
el ámbito micro del aula se puede visibilizar la naturaleza de este eficaz
mecanismo de uniformización y control.
Esta es la
intervención del profesor en el primer día de clase
La educación se ha transformado
radicalmente. Ahora lo importante es el aprendizaje de los alumnos. Este exige
su participación para asegurar un feedback que resulta imprescindible. Las
opiniones de los estudiantes es lo realmente importante.
Pero mi experiencia anterior me
indica que, si la participación en la clase se deja abierta a la espontaneidad,
es inevitable la conformación de una minoría que acapara la palabra e
interviene siempre en detrimento de la mayoría que guarda silencio. Así se
genera una distorsión, en tanto que las opiniones de los que participan no
representan a la mayoría. Mi intención es corregir esta situación mediante la
adopción de un método que asegure la igualdad en el uso de la palabra.
Estas son las normas que cumpliremos para
alcanzarla máxima eficacia y democracia en el aula:
-
La participación de los estudiantes
en los debates es obligatoria.
-
Esta se realizará por escrito, lo que
representa un momento de reflexión individual de cada uno, sin influencia de
los demás.
-
La frecuencia será semanal.
-
Los contenidos se referirán a
preguntas con respuesta cerrada, de modo que podamos comparar y homologar las
respuestas, evitando la dispersión.
-
Las preguntas las hago yo.
-
Los resultados se harán públicos y se
compararán, conformando un panel de opinión.
Así se evitará que la influencia de
aquellos que monopolizan la palabra en un sistema de espontaneidad y cada cual
será libre para opinar sin influencias.
_ Un estudiante: ¿Entonces no se puede
intervenir en la clase?
No es que no se pueda intervenir. Pero
Como va a funcionar un sistema eficaz de feedback, cuyas conclusiones van a
estar disponibles para todos, no es necesario recurrir a las preguntas, que
dispersan las clases y generan confusión en los que no toman la voz.
_ Estudiante: Pero, en muchos casos, se
interviene en la clase para expresar otros enfoques o informaciones, no solo
para preguntar.
Esto es precisamente lo que este
sistema igualitario y democrático trata de evitar. Porque muchas veces los
estudiantes expresan sus propios fantasmas personales y se genera confusión y
un clima de cierto desbarajuste. Este método estimula la producción de todo el
grupo, sin imposiciones de ninguna minoría.
_ Estudiante: Pero, entonces, la imposición es
suya…
No, mi único interés es asegurar el
funcionamiento óptimo del grupo y obtener una retroalimentación. Lo que
realmente representa este método es el empoderamiento de la totalidad de los
estudiantes. Mi trabajo consiste en responder a las demandas de la mayoría y
facilitar vuestro empoderamiento como personas con voz.
_ Otro estudiante: No lo veo claro, porque si
se suprime la posibilidad de hablar entre nosotros y las preguntas las hace
usted…Eso parece casi una dictadura
Por favor… eso es precisamente lo que
trato de evitar, se trata de poner orden y asegurar los derechos de los que no
hablan. Es patético que utilices la palabra dictadura. Mi generación sí sabe lo
que es eso…No tenéis ni idea…Vuestra vida es fácil
_Estudiante: ¿Se puede sugerir otro sistema
de participación?
Me preocupa lo conservadores que
sois. Vivimos tiempos de innovación y cambio. No tenéis que tenerles miedo.
Parecéis abuelos. Es muy importante experimentar y estar abiertos a las cosas
nuevas. Lo importante es que todos hablen. Esta es una sociedad en la que votar
es lo más importante. Os doy la posibilidad de votar en cada pregunta que os
formule.
¿Alguien quiere decir alguna cosa
más?
_Otro estudiante: Pero si queremos
criticar algo ¿cómo lo podemos hacer?
En las respuestas a las preguntas
existen opciones de respuesta que representan la crítica. En esto no hay
problema.
¿Algo más?
Pues la próxima semana comenzamos. Es
importante recalcar que la participación es obligatoria. El incumplimiento del
cuestionario tiene que ser justificado. Este representa un diez por ciento de la
nota final.
El aula es
una situación social en la que el profesor detenta el monopolio de la palabra. La
participación de los estudiantes se restringe a la formulación de preguntas.
Cuando quieren intervenir levantan la mano para esperar que el profesor les
conceda el turno. Este orden autoritario tiene efectos demoledores en algunos
estudiantes, en tanto que mina progresivamente su pretensión de discutir. La
comunicación resulta así monocorde y monótona. Cuando algún alumno formula
preguntas o ideas incisivas es reconducido al hilo general. Se practican
distintas formas de disuasión, algunas manifiestamente sofisticadas.
En los
últimos años, el advenimiento de la reforma de Bolonia ha modificado la
situación. Ahora se estimula la participación mediante la solicitud de
opiniones. El resultado es un proceso de trivialización y dispersión
monumental. Sobre el aula se sobrepone la gran creación de la época, que
resulta del plató de televisión, donde concurren dos especies singulares: los
expertos y los tertulianos. Así en el aula se produce una situación similar, en
la que los expertos-profesores se desempeñan con el simulacro de los
tertulianos, que son interpelados para que hablen sobre una diversidad de temas
sin límite.
El lema de
la universidad postmoderna en ciencias humanas y sociales remite al “Hablad,
hablad malditos”. Lo importante es la simulación de la tertulia, en la que el
tedio institucional sea aliviado estimulando la expresión. En grupos de muchos
estudiantes y en un sistema de fraccionamiento en múltiples asignaturas, sus
efectos son letales. El profesor-animador-estimulador convoca a un juego en el
que el aprendizaje se encuentra excluido, pero en el que la evaluación depende
del comportamiento de cada uno en la clase-tertulia. Así se acredita como un
eficaz controlador y conductor psi.
Esta nueva
situación del aula implica un aislamiento infranqueable para los estudiantes
que quieran exponer ideas críticas. Sus intervenciones son inscritas en una
competencia intermitente de egos que solo pretende clasificarlos en un listado
jerarquizado que mañana se renovará de nuevo. En esta nueva sociedad de control
se ubica el mecanismo de la transformación del aula en una muestra de una
encuesta. Es una de las formas en las que imagino el futuro.
Este
silenciamiento en el aula es el prerrequisito para el elegante enmudecimiento
–en lo que se refiere a lo político, económico y social- en lo que se llama
“producción científica”. Sobre esta base de silenciamientos acumulados se
constituye el silencio efectivo de la institución universitaria, encerrada en
sí misma en una posición confortable que permite a sus miembros intercambiar
con los distintos poderes. Para hacer eficaz este ocultamiento es menester
convertir en un arte la neutralización de los críticos desde la misma aula. La
encuesta en una de las posibilidades.
2 comentarios:
Gracias por su reflexión, de la que, como bien dice, se pueden extraer muchos paralelismos. Ahora nos toca reflexionar a los alumnos y hacer oir nuestra voz, contrarrestando el silenciamiento. No es sencillo, pero com alguien decía, las cosas que pueden cambiar , no van a cambiar solas.
Gracias por el comentario. El término libreoyente remite a un pasado en el que la persona comparece en el aula conservando su competencia de seleccionar e incorporar lo que considere. Hoy esto no es posible. Ya no hay libres oyentes. Cada uno es obligado a realizar un conjunto de pruebas obligatorias que tienen como finalidad someter al estudiante a un tiempo largo y compararse con los demás mediante promedios.
En este caso, la realidad ha cambiado, pero negativamente. Cualquier cambio tiene que conducir a revertir la situación y recuperar la condición de "libre y oyente".
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