En estos
días de Semana Santa han reaparecido en los medios audiovisuales imágenes que
remiten a un pasado que la historia oficial anunciaba clausurado. Pero lo
aparentemente relegado sigue vivo, existiendo y reproduciéndose en una
subsociedad dinámica que las cámaras han omitido en beneficio de otras
realidades. En la situación actual, salen a flote los fragmentos de una sólida
comunidad que sigue retoñándose en los márgenes de los focos de lo considerado
como cierto o lícito, confirmando la existencia de una subsociedad distanciada
de los relatos oficializados.
El peor
pasado de España, así como de los países que conforman Europa, es el colonial.
Esta es una parte de la historia que ha quedado en suspenso para la memoria y
la inteligencia colectiva. Algunas instituciones que encarnan ese pasado han
sobrevivido y se hacen visibles en las ceremonias y fiestas que mantienen
vínculos indestructibles con la patria entendida como metrópoli colonial. La
Semana Santa de este año ha sido particularmente procaz, en tanto que ha
visibilizado los vínculos sólidos entre las autoridades del partido popular y
estas subsociedades cohesionadas por tradiciones incompatibles con los
supuestos de la democracia nacida tras la defunción del Caudillo. La obscenidad
de estos vínculos se hace manifiesta, reforzada por la complicidad clamorosa del
pesoe, carente de un relato alternativo al imaginario de la España Imperial.
En esta
situación es inevitable el eterno retorno de Arturo Barea a mi mente. Así me
ocurre desde el mismísimo 1978. Rescato un video de “La forja de un rebelde”, uno
de las obras más lúcidas sobre la historia española, y que más impacto me ha
causado. Cuando contemplo los desatinos de las élites del presente, recurro a
él, en tanto que refuerza la inteligibilidad de los comportamientos originados
en un pasado que parece insuperable. Este retorno propicia la sospecha, que ya
es una convicción, de que el verdaderamente extraño en la sociedad vigente, que
se muestra vigorosamente como una continuidad esencial del pasado, soy yo
mismo, así como las minorías que entienden el progreso de una forma
radicalmente opuesta al modo de la posmodernidad española.
Este video,
de la versión de TVE dirigida por Mario Camus, muestra un episodio de corrupción en las
entonces colonias españolas. Sus gramáticas son escalofriantemente persistentes
en el presente, configurándose como un conjunto de valores, ideas y
comportamientos que trascienden cualquier situación histórica. He tratado de encontrar
el video de la construcción de la carretera de la serie de TVE, que tanto me
impresiona, pero no lo he podido encontrar en Youtube. En este se narra la
llegada de Barea al ejército en Marruecos. Su unidad está construyendo una
carretera de la que obtiene dinero para repartir proporcionalmente entre todos.
Este es conseguido mediante la reducción del ancho. Quitarle unos centímetros
por cada lado reporta cuantiosos beneficios en muchos kilómetros. Lo podéis ver
en el capítulo 3 de la serie http://www.rtve.es/alacarta/videos/la-forja-de-un-rebelde/forja-rebelde-capitulo-3/4100547/
El carnaval
de imágenes de esta semana ha sido extremadamente prolífico. Pero con el debido
respeto al episodio de los ministros cantando “el novio de la muerte” en
Málaga, lo más relevante es la historia del niño-soldado malagueño. Los videos
son tan elocuentes que no necesitan de comentario alguno. Las imágenes muestran
los lenguajes de esta subsociedad que lo oficial ha camuflado. Pero en
distintos acontecimientos, en particular aquellos en los que los dos reyes se
encuentran con sus fieles en la calle, se hacen visibles estos lenguajes
asimétricos a los discursos oficiales.
Me
impresionan mucho los niños- soldado en todos los contextos en los que se
producen, pero aún más en una democracia simulada. La democracia española es un
sistema vacío que solo se soporta imaginariamente sobre el consumismo y la
disolución efectiva de los efectos de los sistemas de autoridad tradicionales sobre
la vida diaria. No hay más narrativa que esa. En ausencia de relato verosímil,
el desplome de una gran parte de sus fundadores, acosados por distintas
corrupciones monumentales, vive sobre una simulación que muestra su oquedad.
Así se hace inteligible la comparecencia de las voces que permanecen vivas bajo
las máscaras oficiales. En los tiempos
del capitalismo global esto es muy peligroso, en tanto que conduce
inexorablemente a un populismo autoritario, xenófobo y cateto.
La regresión
del presente, en la que renace el pasado autoritario y las élites se despojan
de sus máscaras, remite a Arturo Barea. Muchos de los intelectuales relevantes
republicanos lo percibieron cuando llegaron del largo exilio en los primeros
años de la transición. Me pregunto qué pensarían si pudieran contemplar el espectáculo
de esta semana fatal.
Este video de la forja de un rebelde sí está en Youtube. Es el episodio de los caballos "enfermos".
No hay comentarios:
Publicar un comentario