El año 2012 fue un tiempo crítico. La llegada del pepé al gobierno con mayoría absoluta sucedía al desplome del pesoe por su alejamiento de sus propias bases electorales. Las brasas del 15 M propiciaron una situación en la que tuvieron lugar movilizaciones de gran envergadura estimuladas por los temores colectivos a la regresión política y social. En la universidad el 15 M catalizó los malestares.
En el comienzo de curso tuvieron lugar distintas movilizaciones. Una de ellas fue la denominada "Universidad en la calle". Consistió en la impartición de varios seminarios simultáneos en la Plaza de Bib Rambla en Granada. La idea de los organizadores fue brillante. Participamos 18 profesores que impartíamos nuestro seminario dos veces en el mismo lugar, simultáneo al de los demás. Así los estudiantes rotaban entre los mismos. Varios videos en Youtube narran esta acción. Ese día hubo una conexión en directo entre un grupo de estudiantes participantes y los universitarios canadienses que se encontraban en una movilización muy intensa en este tiempo.
Presento el texto de mi exposición, que analiza este conflicto en términos globales. Pienso que no ha perdido sentido y se adapta perfectamente al presente. El argumento principal hace énfasis en que las reformas universitarias neoliberales son inspiradas por un poder global que trasciende a los estados nacionales. Estos desempeñan un papel subordinado a las acciones emanadas de instancias supranacionales que los impulsan. Más allá de lo estrictamente universitario, la cuestión de fondo radica en repensar la democracia.
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LA UNIVERSIDAD A LA CALLE
12 DE NOVIEMBRE DE 2012
TEXTO DEL SEMINARIO
“ CÓMO ES EL PODER QUE IMPULSA LA DEMOLICIÓN
DE LA UNIVERSIDAD PÚBLICA:
RACIONALIDADES, TECNOLOGÍAS Y ESTRATEGIAS”
JUAN IRIGOYEN
DEPARTAMENTO DE SOCIOLOGÍA.
UNIVERSIDAD DE GRANADA
Las reformas universitarias impulsadas en los últimos años por los sucesivos gobiernos se inscriben en la matriz de las políticas públicas neoliberales propias de la época. Su implementación se realiza sin apenas deliberación ni negociación con los sectores afectados. Se constituye una autoridad técnica que se ubica en el nivel europeo que elabora la propuesta. Los parlamentos la aprueban con escasa discusión. La reforma de Bolonia es paradigmática. En los conflictos que suceden a su puesta en marcha, las autoridades estatales recurren al uso intensivo de los medios de comunicación, a su presentación como una necesidad imperativa para su entorno, a su naturaleza estrictamente técnica y a su despolitización. El campo de la deliberación se reduce a su aplicación, no cabe cuestionamiento alguno de sus contenidos ni puede ser pensada en términos de alternativa parcial o total.
Las reformas universitarias se implementan con un manifiesto déficit democrático y representan un nuevo autoritarismo tecnocrático que acompaña al modelo neoliberal imperante. La ausencia de información, consulta y negociación con los afectados se intensifica gradualmente. Los contenidos de las propuestas neoliberales son considerados como parte de una verdad incuestionable ante la que no cabe modificación alguna. Se trata de pensamiento único puro y duro. El presidente Rajoy llega a calificar sus políticas como “sensatas y de sentido común”. De este modo despolitiza sus decisiones y su acción de gobierno.
Pero, aún a pesar de que el gobierno central y los autonómicos aparecen como responsables de las políticas universitarias, los supuestos, los sentidos y las líneas esenciales que las definen, se elaboran en el nivel europeo. El tiempo presente se caracteriza por la emergencia de un conjunto de procesos de transformación que modifican radicalmente el sistema-mundo, constituyendo un poder global que opera según una racionalidad y unos métodos unificados, pero capaces de adaptarse a los diferentes contextos nacionales o regionales donde se encuentra ubicado. El poder global resultante se concentra en redes de empresas globales desterritorializadas y desplaza a los estados nacionales.
El poder global emergente opera construyendo un espacio-mundo paralelo a los estados nacionales, desde el que se condiciona las políticas de los mismos. El primer paso es asegurar el monopolio de las instituciones globales como el FMI, OMC, OCDE, Banco Mundial y otras que conforman un núcleo desde donde se ejercen funciones de gobierno mundial. Las corporaciones financieras e industriales, así como las industrias culturales y los grupos mediáticos globales conforman una trama desde donde se ejerce el control sobre estas instituciones.
El segundo paso consiste en tejer una red de distintas organizaciones como fundaciones, thinks tanks, agencias especializadas, centros sectoriales de investigación, universidades privadas, institutos profesionales, ongs y otras, que producen conocimiento aplicado a las decisiones de gobierno. En este espacio sin control democrático se generan los diagnósticos, las propuestas y las soluciones posibles a los problemas nacionales mediante la emergencia de nuevos expertos que proceden principalmente del campo de la economía. En esta red se produce el conocimiento legítimo, se determinan las prioridades y los contenidos de las agendas públicas, construyendo un campo cognitivo convertido en la única instancia posible desde la que se pueden pensar los problemas y las soluciones de las políticas públicas nacionales.
De este conjunto de organizaciones resulta una trama de relaciones personales, profesionales y políticas entre expertos, líderes financieros, gerentes de empresas, profesionales relevantes, personalidades del mundo del arte y la cultura, consultores, directivos de grupos mediáticos y políticos, miembros destacados de escuelas de Management y otras personalidades, a la que se incorpora por cooptación a académicos de universidades prestigiosas y políticos con perfil técnico de distintos partidos. Estas relaciones se refuerzan en las reuniones y eventos programados por las instituciones más relevantes de esta red por la que circulan los miembros de la nueva élite supranacional. De la acción concertada entre las instituciones financieras, las corporaciones industriales, los grupos mediáticos y la trama de organizaciones paralelas resulta la constitución de un formidable grupo de presión sobre los estados que asegura su presencia transversal en los procesos de elaboración y decisión de las políticas públicas. Así se constituye lo que algunos autores denominan como una metamorfosis del gobierno en las sociedades actuales.
Si la producción de conocimiento congruente con las premisas del gobierno neoliberal es una condición esencial para esta metamorfosis del gobierno, la reforma de la universidad pública aparece como una prioridad básica. Esta tiene que ser reconstituida para asegurar las coherencias con el
conjunto de las reformas y del estado en particular. La neutralización del pensamiento crítico que ha producido la universidad es una cuestión esencial para el avance del proyecto neoliberal, así como la absorción de las élites universitarias por el proyecto global y las fuerzas transversales que lo impulsan. Así nace el denominado capitalismo académico, que determina una relación de intercambio entre la industria y los investigadores, maximizando la producción de conocimiento a fines industriales y comerciales, y minimizando los saberes tradicionalmente críticos que han identificado a la universidad moderna. La implementación de este modelo tiene como consecuencia principal la reprofesionalización de los profesores, el establecimiento de una jerarquía entre los mismos y la proletarización de numerosos sectores profesionales.
Pero el nuevo poder global no opera sólo en el nivel de crear los dispositivos que produzcan el contexto cognitivo en el que se desarrollan las reformas congruentes con su proyecto. El nuevo poder global se funda en la emergencia y preponderancia de un conjunto de nuevas instituciones nacidas de la nueva empresa, entre las que destaca la gestión. La gestión se presenta como una nueva institución de validez universal que desplaza a lo político. Lo que importa es el pragmatismo de los resultados. Pero bajo esta máscara tecnocrática la gestión es una institución de conducción de las personas que desempeña un papel esencial en el conjunto del proyecto. La gestión instituye un conjunto de procedimientos que debilitan los vínculos laterales entre las personas que conforman las organizaciones en donde ejerce.
Para transformar la universidad pública es necesario pero no suficiente detentar la hegemonía legislativa y comunicativa, como hasta aquí se ha expuesto. Es preciso intensificar y reforzar el proceso de cambio a partir de la acción interna que asegura la gestión. Esta es una nueva institución de conducción que constituye el núcleo del modelo neoliberal de gobierno de las organizaciones. La racionalidad sobre la que se asienta la gestión es producir, registrar, desarrollar y gobernar las diferencias entre las personas, los grupos, los departamentos, los centros y las titulaciones. Así, de la gestión resulta la evaluación permanente que es el instrumento principal para establecer un orden organizacional equivalente al del mercado. Como complementos de las instituciones emergentes de la gestión y la evaluación comparecen las ideologías de la calidad y la excelencia, imprescindibles para instituir una cultura organizativa y un imaginario profesional que respalde los procesos de competencia que la evaluación registra.
Las instituciones de la gestión y evaluación producen sujetos frágiles, transparentes y comparables, articulados en las dimensiones en las que se funda y que compiten permanentemente en los tiempos cíclicos fijados por la misma. La calidad y la excelencia establecen las dimensiones y la evaluación registra los resultados. La gestión crea el contexto cultural en la que lo importante es ganar siempre en la competencia con los iguales. Así se debilita el tejido organizativo y se produce una subjetivación disciplinada que se funda en el miedo. Bajo la máscara de la competencia y el imperio de los resultados se produce un riguroso disciplinamiento de las personas y se debilita el tejido organizativo de los vínculos entre las sociedades científicas y profesionales, los sindicatos, los colegios profesionales y otros grupos de interés.
Las fuerzas transversales que impulsan la transformación de la Universidad Pública utilizan estrategias combinadas y múltiples. A las acción externa de la red del conocimiento dirigida al impacto sobre las instituciones de gobierno y a la acción interna de la gestión, se añade la ejercida en la opinión pública por parte de los medios de comunicación. Esta estrategia se funda en dos ejes. El primero es una campaña permanente de desprestigio de los docentes, que son presentados como un grupo privilegiado resaltando los aspectos negativos. El segundo es la difusión intensiva de los discursos generados en la red productora del conocimiento, en los que se construyen los entornos de la universidad de modo parcial y favorable a la reforma neoliberal. Así se maximizan las necesidades de capital humano en detrimento de otras dimensiones fundamentales de la educación universitaria, orientada a funciones sociales cívicas que tienen una importancia determinante en el las sociedades presentes.
La reforma de la universidad se produce por la acción concertada de la red de organizaciones que producen el conocimiento congruente con el proyecto global y que configuran el contexto cognitivo en el que las instituciones de gobierno ejercen sus funciones, con la acción de los grupos mediáticos que producen la opinión pública necesaria para la reforma, y el conjunto de instituciones de gobierno de la universidad determinadas por los modelos instituyentes nacidos de la empresa y la gestión. Según las resistencias que se susciten, algunos aspectos de las reformas son aplazados o suavizados. Pero el proyecto global y el poder transnacional que lo respalda no continúa ejerciendo presiones en la dirección del cambio ejerciendo distintas estrategias.
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