Las élites
granaínas apuestan por un proyecto de desarrollo local nucleado en torno a la
creación de infraestructuras que estimulen las inversiones por sus impactos en
el espacio. En ausencia de una clase empresarial con capacidad de crear
empresas productivas, los centros comerciales adquieren una centralidad
desmesurada en la actuación del entramado de grupos inversores y beneficiarios.
Pero la incesante creación de estos tiene lugar de un modo en el que el último
destituye al anterior, absorbiendo a la mayor parte de las empresas comerciales
que le constituyen. Así se implementa una noria fatal en la circunvalación de
la ciudad, en la que el nacimiento de un macrocentro tiene lugar sobre la ruina
del anterior. El resultado es una extraña reencarnación de un solo proyecto,
que se consagra en sucesivos lugares de tan inquietante infraestructura.
El nuevo
centro comercial Nevada representa la última reencarnación del proyecto único
de esta trama de élites que crean y destruyen sobre el suelo. Así se consuma
una secuencia fatal que empieza en el centro comercial Neptuno, enclavado en el
interior de la ciudad, que es conducido a la ruina por emigración de sus
negocios a las nuevas catedrales, el complejo Kinépolis principalmente,
asentado en Pulianas. Este descansa sobre el tirón de Media Markt y otras
empresas comerciales punteras que atraen a un conjunto de empresas de
acompañamiento, complementados por los negocios del ocio. Tras un primer año de
esplendor, la decadencia comienza mediante el uso selectivo por parte de los
consumidores de estas catedrales. Los bares, restaurantes y hostelería decaen,
así como las tiendas menores que acompañan el proyecto. Esta es la señal que
indica la mudanza próxima a una nueva localización en la que se reencarna el
espíritu del centro comercial.
Pero el
factor acelerador del óbito comercial tiene lugar cuando los medios de
comunicación al servicio de las élites de la reencarnación comercial anuncian
un nuevo centro con otra localización. El optimismo delirante que acompaña las
comunicaciones, expresado en las cifras que cuantifican las previsiones de
empleo, así como el volumen de desplazamientos por la mitológica autovía que
conduce siempre a algún paraíso comercial devenido en un cielo simbólico. Así
se generan renovadas expectativas en torno al siempre penúltimo recinto sagrado
que representa la redención económica, en tanto que reclama la creación de más
infraestructuras.
La verdad es
que la población del área metropolitana de Granada constituye una sola área con
respecto a la capacidad de compra efectiva de su población. Este es el gran
secreto que subyace bajo las sucesivas reencarnaciones comerciales. Por
consiguiente, es una falacia afirmar que
los empleos de cada uno suman entre sí. No, por el contrario se reemplazan
favoreciendo la gran rotación precaria, axial en las economías del presente. Pero
su valor comunicativo radica en la generación de unos juegos de cifras que
alimentan las esperanzas de los compradores móviles que se desplazan por la
autovía para experimentarse como consumidores, actividad en la que han superado
a sus abuelos y padres. Así las familias se congregan en los espacios
celebrando la modernidad y el progreso, en tanto que los más jóvenes son los
guías del grupo por los laberintos poblados por las mercancías y sus
iconografías.
La creación
del centro comercial Serrallo Plaza constituyó un acontecimiento discursivo que
estimuló las esperanzas y los sueños de un pueblo consumidor tan piadoso y
esforzado. Las mismas empresas que conforman el complejo comercial global se
ubicaron allí en espera de las sinergias derivadas de su coexistencia espacial.
El éxito del proyecto fue incuestionable. Los fines de semana se concentraban
grandes contingentes de gentes en búsqueda de su experiencia de compra social. Tras
la sinergia de las magias comerciales se oculta discretamente el flujo de
intercambios de beneficios, operaciones, comisiones, favores, colaboraciones y
otros negocios públicos y privados que sustentan los beneficios de las
venerables élites económicas empresariales granaínas, así como su pareja de
hecho, las élites políticas extractivas, que en esta ciudad representan una
parte muy importante de la actividad económica total. Por este centro comercial
y las actividades derivadas de las recalificaciones de los suelos próximos,
están requeridos por lo penal el antiguo alcalde y algunos de sus concejales
más emblemáticos. Esta secuencia de actividades terminó con el gobierno
municipal del pepé, que siguiendo la pauta imperante en la misteriosa ciudad de
la Alhambra, también se ha reencarnado en otros gobiernos emprendedores, en los
que la reencarnación institucional es protagonizada por distintos actores
intercambiables en el puzzle político-empresarial local.
El Serrallo
Plaza detentó efímeramente el podio del progreso expresado en la simbiosis
entre la compra y el ocio. Sus arquitecturas monumentales y su ubicación junto
a la autovía, denota su naturaleza de sede del progreso local, incluyendo a los
sucesivos espíritus asociados a la expansión de las infraestructuras y zonas
residenciales segregadas. Pero su reinado ha resultado efímero. Una vez que los
suelos próximos han rendido sus réditos, el complejo de poder local emigra a
otro espacio en el que se reencarne el espíritu comercial y se desencadenen los
procesos asociados a la revalorización de los suelos. Este es el centro Nevada.
Sus arquitecturas son más monumentales, pero clonadas de los edificios
imperantes en los tiempos de divorcio entre el beneficio económico y la
estética y el buen gusto.
La nueva
reencarnación granaína reaviva el mito del acceso y la movilidad. No existe
transporte público, tan solo un autobús que pasa cerca de allí cada hora. Los
taxis, corresponden al municipio de Armilla, de modo que la insuficiencia de
este servicio se hace patente. Pero la accesibilidad se encuentra determinada
por un sistema de coherencias. Los compradores son consumidores de segundo
orden, en tanto que en su mayoría han cumplido el precepto central del progreso
local, consistente en comprar una vivienda en las urbanizaciones diseminadas
por todas las periferias imaginables. De ahí su naturaleza de poblaciones
motorizadas. Todos juntos acuden a celebrar la multiplicación de los
aparcamientos, tras la que se accede al recinto sagrado. Así se trata de una
actividad que reconstituye la familia y la relación entre las generaciones, tan
deteriorada en otros espacios de la vida.
El novísimo
centro comercial ha suscitado una actividad considerable de los tribunales, que
han dictado varias sentencias con respecto a factores asociados a su
constitución. En espera de la siguiente reencarnación espacial, este centro
terminará por producir terremotos institucionales, políticos y judiciales.
Armilla es un municipio con abolengo en estas lides. Porque este palacio de la
compra certifica la defunción de la vega de Granada, rodeada y penetrada por
múltiples proyectos basados en el asfalto y el cemento.
En esta
última reconstitución productiva resalta un elemento nuevo. Se trata de la
apertura de un centro de PRIMARK., que abre su primera tienda en Granada. Me
parece un tema sugerente para escribir singularmente sobre el mismo. En mi primera visita me impresionaron las
colas que se concentran en los tiempos de más intensidad, así como la apoteosis
celebrativa de las gentes que lo recorren, penetrando en todos sus rincones en
busca de la ganga insólita, que impresionará a sus interlocutores cotidianos
tras la jornada de aventura comercial. Así la gente cartografía el recinto
inventando itinerarios imposibles en la excitante actividad de descubrir el
tesoro. Cada uno es obsequiado con una enorme cesta que se ve obligado a
llenar. Pero el factor más sorprendente es el éxtasis familiar. Una persona
joven grita cuando encuentra una ganga y requiere a voces a sus ancestros. El
arte del low cost parece disolver así la solidez de la renta familiar en este
misterioso pueblo motorizado y endeudado.
Pero, en
tanto que el recinto es el escenario de euforias sucesivas por parte de los
buscadores de tesoros valorados en pocos euros, se hacen visibles los múltiples
trabajadores reponedores, que junto a los de las cajas y la seguridad,
conforman la población activa que es transformada por los medios y otras
extensiones de los poderes en dígitos susceptibles de juegos de
prestidigitación, que constituyen el núcleo de esta época, y en los que tienen
lugar la multiplicación de los trucos, de los que se hace una obra de arte.
Estos trabajadores uniformados no comparten las euforias de sus clientes y hacen
visibles sus tensiones para cumplir con el estricto imperativo de la última versión
consumista del “just in time”.
El Centro
Comercial Nevada es una reencarnación del espíritu del extraño progreso de este
tiempo. Porque su arquitectura es una clonación de los múltiples gemelos que se
diseminan por todas partes. Su falta de singularidad contrasta con el de la
naturaleza doblegada. La vega es, o fue, un paisaje único y singular. Pero la
movilidad del pueblo de conductores y visitantes de ocasión se dirige hacia lo
estereotipado y lo idéntico, que se
encarna en estas arquitecturas monumentales y unificadas por la fealdad. Por
eso no puedo evitar sonreir cuando los fines de semana se forman grandes
columnas mecanizadas de recintos móviles en busca de una extraña experiencia,
en la que lo sensorial se encuentra devaluado. Misterios del progreso.
2 comentarios:
Esto es el colmo del cinismo juan, qué te parece?
...concienciar a la ciudadanía en torno a este espacio único, está organizado por las plataformas "Salvemos la Vega" y "Vega Educa", con la colaboración de la Diputación de Granada, el Ayuntamiento de la capital y 33 municipios del entorno
...
http://cadenaser.com/emisora/2017/04/17/radio_granada/1492452756_918346.html
saludos, ana maría
Gracias Ana María
En mi opinión se trata de cinismo por parte del sistema que manipula la acción de estas plataformas y movimientos sociales. En tanto que la Vega es objeto de ubicación en el trastero de la "concienciación" la política de las instituciones representativas se focaliza en actividades que la destruyen. Así establece un diálogo sordo conn las plataformas desp`rovisto de todo compromiso efectivo. Lo mismo pasa con la emigración y otros problemas sociales. No es difícil encontrarse en la calle una ong que pretende "concienciarnos" acerca del destino de los sirios u otras causas, en tanto que el estado realiza una política dura en su contra.
Saludos
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