El 5 de
diciembre era el cumpleaños de Carmen. Para nosotros se trataba de un día
extraño, pues no nos gustaba hacer celebraciones en los días establecidos
socialmente. Por el contrario, celebrábamos cualquier día en el que surgiese
cualquier acontecimiento inesperado que estimulase nuestros sentimientos y
estados personales. Así la vida diaria estaba abierta a múltiples estímulos gobernados
por el azar y la espontaneidad. No obstante, en
ese día, el aniversario se hacía presente inevitablemente. Este
determinismo social acabó por vencer mi resistencia y en los últimos años le
hacía regalos en tan insigne fecha, a pesar de mi convicción de que la vida no
puede ser limitada a los calendarios y las convenciones. En una relación de
pareja cualquier día puede llegar a ser grande.
Desde que
Carmen desapareció, ese día se hace presente con una intensidad mucho mayor que
antaño. Los recuerdos inundan mi memoria como una riada y la ausencia adquiere
un inusitado vigor. Ahora no puedo esperar a un día especial imprevisto en el
que podamos celebrar nuestra vida compartida. No queda otra opción que aceptar
las determinaciones de los calendarios y sus fechas dotadas de inevitables
coerciones. Así que todo termina en una escisión inevitable entre su recuerdo
permanente y la vida diaria, que ofrece pequeñas maravillas y posibilidades
todos los días.
Pero es
inevitable todos los años retornar al 5 de diciembre que activa la memoria,
paradójicamente un día antes del puente que une dos fechas festivas
convencionales que estimula la huida masiva de las gentes que abandonan la gran
organización para vivir una experiencia de fuga cronometrada hasta el siguiente
lunes, en el que todos terminan por regresar a la vida mecanizada y regida por
las obligaciones derivadas de la vida laboral, ahora convertida en carrera
profesional, y las de la consecución de su diferenciación y singularidad en su
estilo de vida, que debe renovarse incesantemente en tanto que es requerido por
el imperativo de la visibilidad permanente.
A Carmen le
divertía escuchar mis definiciones acerca de mi condición de un traficante de
paquetes furtivo, que hacía las compras en otras fechas que las señaladas en la
temporada de caza comercial, en la que los traficantes de paquetes se congregan
en manadas que invaden los templos sagrados de la economía del crecimiento.
Para nosotros, la economía del regalo se regía por otros criterios. Cualquier
día laico-comercial era adecuado para agasajarnos. Así, también nos
diferenciábamos en la actividad social más importante de nuestro tiempo: el
tráfico de paquetes, que se inicia justamente en estas fechas.
Por eso
estos días son de contrastes, de paradojas y reflexiones que anticipan las
inmediatas determinaciones navideñas. Carmen se reía cuando bromeaba acerca del
peligro de aproximarse a un esquiador después del puente, por el riesgo de que
sus tensiones internas, agudizadas por las inestabilidades calendarias, terminasen
por estimular el uso de sus esquís como armas frente a los más próximos en la
muchedumbre circulante.
El caso es
que este día 5 me he despertado sin encontrar su cuerpo próximo a mí. Esta es
la música que seleccioné en el momento de su despedida. La inevitable Cesarea
Evora de la que tanto disfrutamos en múltiples días de nuestras vidas y que ahora alimenta mi nostalgia.
No conocía a Cesaria, pero me he puesto al día con un buen concierto de la señora Caboverdiana, con esto del youtube uno se podría pasar el día sin hacer otra cosa que ir rebuscando cosas, lo evito porque puede convertirse en vicio, un abrazo Juan, te sigo leyendo y nunca dejo de aprender algo.
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=oWYKTiqPvYA
Gracias Futbolin. Yo la descubrí hace muchos años y he podido asistir a dos conciertos suyos en directo.
ResponderEliminarUn abrazo
Que la música te acompañe, Juan. https://www.youtube.com/watch?v=V42ix2CtZ8Y Otro fada o fado en recuerdo de Carmen. Y un fuerte abrazo para ti.
ResponderEliminarGracias Iñigo
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Con todo el cariño del mundo, un fuerte abrazo Juan
ResponderEliminarEspero que nos encontremos otra vez pronto :)
Idoia
Gracias Idoia. Espero que todo te vaya bien. Será fantástico encontrarnos.
ResponderEliminarUn abrazo