En las recientes elecciones andaluzas del 22 de marzo de este año hice público mi voto a Podemos en este blog, exponiendo las razones que lo avalaban en un post que se denominaba “Un voto, un beso y una recomendación”. El domingo volveré a votar a ese partido. Pero en esta ocasión me embarga un sentimiento de pérdida de Carmen. En su ausencia se ha producido los cambios en los últimos dos años, que alivian mi estado de distanciamiento ante el devenir político del régimen nacido en 1977, cuando éramos jóvenes y que tanto contribuimos a su llegada. Siento mucho no poder compartir con ella este tiempo.
La mayoría absoluta del pesoe en 1982 generó un sentimiento de esperanza para nosotros, que sustentó una posición optimista, aunque con importantes reservas por mi parte. Las ilusiones se fueron debilitando con el paso de los años. La llegada del pepé al gobierno en el 96 acrecentó su crítica. Recuerdo que durante muchos años renunció a la información política y se refugió en las las novelas negras y en el cine. Cuando veía a Aznar, Álvarez Cascos , Trillo y otros personajes similares, no podía evitar la manifestación de un sentimiento de rechazo primitivo. Recuerdo nuestras conversaciones al respecto cuando ella los calificaba de franquistas detestando sus máscaras.
1992 fue un año crucial para los dos. El espectáculo de la expo de Sevilla acrecentó nuestro distanciamiento y acentuó las críticas al psoe. En los años siguientes comenzamos a vivir en nuestro entorno los primeros síntomas de la gran reestructuración. Para Carmen fueron los primeros casos de jóvenes cercanos sometidos a unos contratos pésimos y las confidencias de algunas trabajadoras de ayuda domiciliaria, cuyas condiciones laborales eran preindustriales. Por debajo de la visión triunfal de la España del ladrillo y el hormigón, se conformaba una realidad dura que comparecía en nuestras vidas. También la tragedia del estrecho y la presencia de inmigrantes en condiciones de emergencia le inquietaba. Desde estas coordenadas percibía a las autoridades de la época cuanto menos como portadores de dosis de cinismo muy considerables.
Con el paso de los años este malestar se fue acumulando, potenciado por los nuevos indicios que se proliferaban en su vida diaria, de personas con trayectorias bloqueadas y sometidas a guiones inquietantes. Ella seguía rechazando la información política y me reprochaba que viese el telediario. Cuando aparecían políticos o traficantes de capital en la pantalla llegaba a volverse y dar la espalda. Me decía ¿ya no están? Entonces recuperaba su posición. Ella era muy simbólica y sobrevaloraba los portes de las personas. Hacía un vínculo entre las estéticas de los años setenta de los señoritos concentrados en la calle Serrano y las de muchos de los jóvenes conservadores que hacían su aparición en las pantallas sin complejos. Su infancia siempre la acompañó mediante un rechazo visceral a los señores de este tiempo tan mezquinos y autoritarios.
En diciembre de 2010 le fue diagnosticado el cáncer de colon. En febrero fue operada y en marzo comenzó el tratamiento de quimioterapia. Este tuvo consecuencias devastadoras para su persona. En ese mes de mayo, cuando los efectos de los ciclos de la quimio se acumulaban sobre ella se encontraba en un estado fatal. Apenas podía caminar y hacer su vida. Los vómitos y los mareos interferían cualquier actividad. Entonces estalló el 15 M. Desde el primer momento entendí que se trataba de un acontecimiento que rompía las simetrías del sistema político y abría un nuevo tiempo. Todos los días acudía a la plaza donde contemplaba el espectáculo de la heterogeneidad y la multiplicidad de iniciativas. Era un experimento democrático insólito que movilizaba mis emociones. En alguna ocasión la llamaba para que escuchase los sonidos de la plaza. Ella lamentaba no poder concurrir.
Pero lo mejor era cuando llegaba a casa y comentábamos acerca de lo que había sucedido. Me preguntaba sobre los jóvenes y soñaba con que aquello fuera un prólogo de una sociedad de cooperación diferente a la selva de los poseedores de cosas. En alguna ocasión habíamos soñado juntos acerca de otro mundo. El primer sábado me dijo que quería cocinar algo para la gente de la plaza. Su situación física se lo impidió pero me requirió para que llevase comida, cosa que hice. Fue emocionante comprobar la ayuda que suscitó desbordando a los participantes. No puedo olvidar a un paisano que llevaba un jamón con los ojos llenos de lágrimas. Muchos mayores, perdedores en varias ocasiones, íbamos a la plaza a contemplar el ensayo convivencial que tenía lugar allí.
El tratamiento terminó en junio con una intoxicación terrible. Pasó un verano fantástico en Santander liberada de los tóxicos de la quimio. En otoño le diagnosticaron una metástasis en el riñón. En enero fue operada. En abril apareció una metástasis general y volvió a la quimio. El 1 de mayo acudió a la manifestación de los sindicatos que fue masiva como todas las de este tiempo. El 15 de mayo convinimos que yo iría a Madrid para participar en la manifestación del primer aniversario para contarle después. La llamaba desde Cibeles, la calle Alcalá y Sol para que escuchase los sonidos de este acontecimiento. Estaba muy indignada con los recortes, con el autoritarismo del gobierno y la debilidad de la oposición. Pero estaba ya muy débil. Me preguntaba si los chicos de la plaza harían una oposición que pudiera infundirnos alguna esperanza. En junio murió.
En los años siguientes el 15M se bifurcó en varias direcciones. El grupo que impulsó Fort Apache y la Tuerka saltó a las televisiones. Es el núcleo fundador de Podemos. Desde el primer momento se evidenciaba su energía y su forma de estar presentes que contrastaban con la izquierda sometida del parlamento, que seguía sus rutinas como si nada estuviese ocurriendo. La defensa de los penalizados por la reestructuración neoliberal era vibrante y sólida. En contraposición a la energía cero de los parlamentarios, la acción de los nuevos críticos era impactante. Su forma de estar frente a los portavoces mediáticos de la derecha y neutralizar sus violencias verbales era inédita. En las ocasiones que fui espectador de esta emergencia añoré a Carmen, que hubiera respaldado con entusiasmo a los insólitos replicantes y defensores de los sectores sociales degradados por la reconversión.
Los dos años siguientes se han acelerado los efectos de esta emergencia política. Sin ánimo de valorar aquí la misma, sus ambivalencias y las problematizaciones que suscitan, lo cierto es que ha desembocado en varios acontecimientos insólitos. Algunos de los más importantes ayuntamientos son gobernados por grupos y coaliciones que se sitúan en la estela que suscita esta emergencia. Pero lo más importante es que Podemos ha roto el techo asignado a la izquierda en el guion escrito por los programadores, ubicada en el cuarto oscuro del parlamento desde el principio. Nunca olvidaré las risas y gestos de desprecio que desde los orígenes producían las intervenciones de los portavoces externos al sólido poder bicéfalo y excluyente. Muchas veces compartí la reprobación de los mismos con Carmen. En coherencia, el primer post de este blog es “del cero al uno”, reivindicando la importancia de ser uno, nada más y nada menos que uno, que es una cifra despreciada por los portavoces de este poder bifronte.
Por eso, la mañana del domingo, cuando deposite la papeleta lo haré con el orgullo de ser uno, de votar acompañado de dudas, pero con la certeza de que lo fundamental no es el resultado. Rechazo el espíritu neoliberal de asignación de los conceptos ganador y perdedor. También con la convicción de saber que va a ser más difícil burlarse y menospreciar a los nuevos replicantes. En los momentos previos hablaré con Carmen y escucharé sus palabras indignadas por la terrible frase de Pedro Sánchez cuando afirmó que “Pablo Iglesias no tiene pinta de presidente”. Eso es todo un tratado de ideología conservadora y de elitismo patético. Recuerda a la calificación de perroflautas a los jóvenes presentes en las plazas del 15 M.
En la noche de ese día el espectro de Carmen se hará presente en el cuarto de estar, de modo que podré reeditar mi diálogo con ella que votaría en una apoteosis de identificación cargada de emociones en el recuerdo de cada uno de los perdedores que han desfilado por nuestra vida. Frente a su entusiasmo yo expresaría mis dudas y precauciones. Pero sus emociones no se verían afectadas por mis argumentaciones. En ella prevalecería un sentimiento de resarcimiento y celebración, como si pudiéramos expulsar los sufrimientos de los años oscuros recubiertos por los maquillajes del poder bicéfalo y autoritario. Pero nuestro sentimiento sí converge la celebración del cuestionamiento de esa España oscura de los nuevos ricos de ocasión y los señores de siempre transformados por sucesivos procesos cosméticos.
Por eso, además de votar quiero advertir que ese día, algunas personas como Carmen también lo harán, a pesar de no estar en el censo. Es muy importante tener en cuenta lo que estoy planteando. Junto a los votos de los que hemos estado padeciendo una larga espera es inevitable que os enviemos muchos besos. En particular los que no han llegado a vivirlo. Por eso la noche del domingo actuaré duplicando mis emociones y sobreponiéndome a mis pensamientos, que se focalizan en los siguientes peligros de este viaje que inicia a mis espaldas una nueva generación. Tendremos que reservar emociones para la constitución del parlamento donde las estéticas, las pintas en palabras de los señores, serán plurales. También la aparición de muchos jóvenes, cuya presencia no se debe a cooptación sino a un acontecimiento fundante producido por ellos mismos ¡qué emoción¡ Carmen no pudiera haber evitado llorar ese día.
Durante el tiempo que he escrito este texto, mi perra Totas, que me acompaña en mis lecturas, escrituras y paseos, ha protestado por sentirse excluida. Ella es mestiza y fue abandonada por esta razón. Me recuerda que su mundo es muy aristocrático y racista en un sentido integral. Ella intuye que algo está ocurriendo porque desde hace tiempo percibe que algo trasciende lo normal. Cuando Eduardo Inda levanta la voz y descarga sus violencias sobre los jóvenes emergentes, ella estira sus orejas y gruñe. Por eso digo dos votos, dos besos o tres. Pero la verdad es que nuestro afecto es mucho mayor que la que representan estos dígitos.
Mucha suerte, no para el domingo, sino principalmente para el lunes, fecha de comparecencia ante el tribunal de lo posible, en la que las antaño burlas y desprecios se transformarán en vigilancia, estrategia de desgaste y acoso político-mediático.
Me has dejado con los ojos bien húmedos, un abrazo para "ambos", porque si se puede y si no podemos del todo mañana 20D se podrá mas bien pronto que tarde, aunque se nos haga larga la espera.
ResponderEliminarGracias Futbolin. No albergo ninguna duda acerca de que el tiempo pasado y presente carece de salida. Con respecto al futuro sí tengo alguna duda.
ResponderEliminarSaludos cordiales
Hola Juan, buen día...
ResponderEliminarEmocionante y clarificador tu comentario de esta jornada, siempre me gusta como haces para enhebrar lo socio histórico con lo personal...
Creo que hoy muchos y muchas llevaremos el voto de Carmen, un fuerte abrazo. Elena
...el horizonte político ha quedado definitivamente capturado en el plano de la representación, la retórica y el espectáculo (por más que identificación y retórica puedan ser tan sensatamente defendidos por mi buen compañero Pepe).
ResponderEliminarHay que votar a unos líderes en los que no creo (en la vida habría confiado nada políticamente a alguien como PI), sobre unas consignas en las que tampoco creo: no se va a crear empleo, no va a haber crecimiento, y si lo hubiera, reventaremos porque en Madrid ya no se puede respirar. No creo en el desarrollo industrial, ni en que falte riqueza. No creo en los patriotas ni en que vayan a pararles los pies a la troika, obviamente. No creo que los líderes de la nueva formación se tomen en serio políticas situadas en las que nos lo hemos jugado todo: desde el modelo sanitario hasta la ley hipotecaria. Diría que las cosas son tomadas en serio en función de su rendimiento en el juego retórico y de posiciones, pero de posiciones dialécticas, no gramscianas.
Votamos en unas elecciones en las que nos jugamos que vuelva la fiebre de la prima de riesgo, de una receta de decenas de miles de millones de recorte social, una tormenta de acero de los poderes de hormigón, de los medios, las financieras y el establishment político, que tiran a matar y con artillería pesada, y puesto que se llega sin co-implicar prácticas y cuerpos, vidas, sensibilidad y territorio, sin abrir espacios e imaginarios, sino, desde mi punto de vista, en el estrecho marco de la delegación-representación-espectáculo y juego de poder, en un escenario así, un gobierno sería una hoja al viento. Para mi amargura, peor aún, porque visto lo que va significando el asalto institucional en las otras instituciones, una institución tomada puede ser una institución perfectamente inane políticamente, un lugar donde nada ocurra, nada de lo posible. Puede ser así, y puede no serlo (como también en las nuevas instituciones).
Voto a Podemos, con todas las dudas, las dudas de si no sería mejor no apostar por dejarnos los dientes a la primera ventolera en este marco, y quizás clausurar así otras por venir.
Deseo un asalto institucional, cómo no. Me hubiera gustado otro, jamás me involucré en trabajarlo porque aún hay y ha habido tarea política en otros lugares, en otros asaltos en los que he preferido poner el cuerpo, y otros compañeros que se han puesto a la tarea, la mayoría.
Algunas ideas sobre una vida mejor, sobre el territorio y el crecimiento, sobre la riqueza y sobre los comunes me parece que son posibles, posibles de ser compartidas –por las gentes, por cualquiera- y experimentadas, desde el 15M, no desde una política ficción, el lamento y la derrota, que jamás conocí. Un asalto institucional que no haga separación: primero llegar al poder, lo de después es otro partido (decía Íñigo en un mitin inicial). Yo creo que se trata de un único partido, y que disponemos de verdades posibles para jugarlo, sencillas verdades políticas.
Ahora estamos aquí, y no me acompaña la esperanza, algo frecuente en las mejores tradiciones; sí la voluntad.
Voto a Podemos, y en adelante, ojalá haya fuerzas, articulación de imaginación y pulso para inventar con coraje resistencias potenciadoras, de las que producen mundo, desde la institución y desde todas partes.
Salud,
el amante imaginario.
Qué lectura más agradable para este día. Si hasta los perros detectan que Inda ha de ser gruñido, quizás hay esperanza (que conste que habré oído hablar a ese sujeto quizás dos veces en mi vida, aunque he leido cosas que dice). Un abrazo, Juan. En el 2016 tomamos Berlín y luego ya veremos lo que hacemos.
ResponderEliminarMuchas gracias Elena. Estoy seguro de que muchas personas llevarán los votos de algunos ausentes. Un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias Iñigo
ResponderEliminarEduardo Inda es todo un personaje que encarna la invarianza española. Es una especie de Santiuago Bernabéu modernizado. Todavía no he escrito aquí sobre futbol, pero este es el hombre que simboliza la chiringuitación del futbol, mediante fanatismo al equipo y gestión del club a lo grande.
Mejor tomamos Cartagena de Indias que es un sitio más confortable para pensar lo que haremos después
Fuerte abrazo
Saludos amante imaginario. Gracias por tu pertinente comentario que comparto en general. El post de dos votos tiene que leerse como complemento del anterior. Podemos es un grupo que triunfa en el mundo mediático pero carece de una base popular. El lunes las violencias se multiplicarán y comparecerá la prima de zumosol que es la de riesgo. Cualquier cambio solo puede sustentarse en un movimiento que desborde los límites establecidos. Hoy se vota a un diputado del pp por Segovia corrupto, rebelde y triunfante ante la indiferencia, que encubre las alegrias mediaticas de los trinfadores del juego.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarAntonio: Otro más fuerte
ResponderEliminarEntrañable e inteligente post, gracias.
ResponderEliminarJuan, como se siga imponiendo el mantra de la estabilidad, la unidad de España, la prima de riesgos y otros miedos auguro de nuevo al sobresueldos de Presi.
¿Qué podemos hacer? Movilización ya, masiva en las calles, la ley electoral es una patraña,...
Gracias, Ana.
Gracias Ana
ResponderEliminarLos resultados han complicado las cosas creando una situación en la que se impone el mínimo de que haya un gobierno. Así se atasca cualquier regeneración democrática. El problema es que tanto podemos como iu apenas tienen nada efectivo detrás. Han arrasado sus propios campos organizativos. Así las movilizaciones sociales tienen un techo muy bajo. En un post anterior sobre Podemos insistía en que en España el campo de la acción colectiva está muy estancado y es preciso renovarlo. Esta es la cuestión clave. Veremos
Gracias Juan, aquí, el artículo de un amigo al respecto:
ResponderEliminarhttps://www.diagonalperiodico.net/la-plaza/28821-queda-mucha-tela-cortar.html
Saludos y movilización, Ana
Gracias Ana por traer a este blog una referencia de Diagonal, que es una de las pocas cosas que respeto en la sociedad española, además de un sociólogo de tanto interés como Angel Calle.
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