Presentación
PRESENTACIÓN Tránsitos Intrusos se propone compartir una mirada que tiene la pretensión de traspasar las barreras que las instituciones, las organizaciones, los poderes y las personas constituyen para conservar su estatuto de invisibilidad, así como los sistemas conceptuales convencionales que dificultan la comprensión de la diversidad, l a complejidad y las transformaciones propias de las sociedades actuales.
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Juan Irigoyen es hijo de Pedro y María Josefa. Ha sido activista en el movimiento estudiantil y militante político en los años de la transición, sociólogo profesional en los años ochenta y profesor de Sociología en la Universidad de Granada desde 1990.Desde el verano de 2017 se encuentra liberado del trabajo automatizado y evaluado, viviendo la vida pausadamente. Es observador permanente de los efectos del nuevo poder sobre las vidas de las personas. También es evaluador acreditado del poder en sus distintas facetas. Para facilitar estas actividades junta letras en este blog. |
martes, 12 de noviembre de 2013
PSOE ¡QUÉ NOCHE LA DE AQUEL DÍA!
Después del fatigoso y racionalizado día llega la noche. En esta imperan las fantasías, las metamorfosis múltiples, los juegos de máscaras, la explosión de los sentidos y las euforias ambientales. La representación mediática de la noche de los socialistas obvia la cuestión esencial, que se disipa entre los torrentes de signos, imágenes y puestas en escena de la fiesta partidaria: no se espera en el horizonte, el divorcio entre el vetusto partido y el complejo de poder económico y mediático de la época, encarnado en las instituciones regionales europeas del sistema-mundo y los renovados poderes que emergen principalmente del suelo nacional y autonómico.
El 15 de junio de 1977 se celebraron las primeras elecciones generales después del franquismo. En este tiempo yo era un militante del partido comunista con mucha responsabilidad. En la noche del 16, me encontré en la Plaza Porticada de Santander con un conocido abogado, amigo de Carmen desde la infancia. Era un hombre cordial, muy rico de familia y muy conservador. Hasta entonces, cuando nos encontrábamos por la calle, saludaba a Carmen besándole la mano. Su posición económica, tan solvente, contrastaba con su menguada vida profesional y las dificultades para sostener su despacho.
En los últimos años había modificado su posición política y había tomado una actitud crítica frente al tardofranquismo. El año anterior a dichas elecciones, se había inscrito en el partido de Joaquín Ruiz-Giménez, Izquierda Democrática, en el que había concurrido a las elecciones como cabeza de lista por Santander. Siempre he respetado mucho a las personas que inician una disidencia desde las posiciones de poder. Es el caso de Ruiz-Giménez. Lo más respetable de la transición española son los disidentes del franquismo y aquellos que verdaderamente se opusieron a este, pagando con costes personales muy importantes.
En nuestro encuentro comentamos los resultados de las elecciones. Me dijo un significativo “nos han dado por el centro”. Después me preguntó por lo que iba a hacer. El afirmó que en los días siguientes se tenía que decidir. Meses después consumó su decisión. Abandonó el partido de don Joaquín, a sus ojos un romántico perdedor, e ingresó con todos los honores en el PSOE donde fue senador y desempeñó altas responsabilidades en las instituciones judiciales.
Dos años después, nos encontramos en una noche veraniega en Santander. Ya no besaba la mano de Carmen, sino sus mejillas, constituyendo una muestra del cambio que se había operado en la España postfranquista. Los besos de saludo ascendían de las manos a las mejillas, dejando intactas algunas cuestiones esenciales, tales como los usos del poder, la dirección de las instituciones y la estructura social, entre otras cosas.
En la conversación que sostuvimos, quiso ayudarme, pues, desde su perspectiva, no había sido capaz de tomar la decisión adecuada a mis intereses personales. Me dijo que fuera pragmático y positivo, que rompiera con rigideces inútiles. Esto significaba alistarme en el aluvión de personas de la época que habían corrido en ayuda de los vencedores de las elecciones. Cuando le expliqué cordialmente que no renunciaba a nada de mi pasado, se entabló una conversación con un fondo tenso.
En el intercambio de argumentos me dijo “no hay nada que hacer contigo, pareces Pablo Iglesias, el abuelo”. Después afirmó que este no había abandonado el corsé de lo que entendía por rigidez. Esta inflexibilidad, la entendía como el desarrollo de una carrera política temporal en la que la persona rígida no mejora su posición económica y social. Esto es común a todos los dirigentes políticos e intelectuales de la segunda república, los cuales mantuvieron sus posiciones sociales iniciales. Su abrazo con el estado de la época, fue diferente del abrazo al estado de los congregados este fin de semana, representando la imaginaria recuperación electoral.
Esta anécdota sintetiza muy bien los años transcurridos entre 1982 y el presente. En ese tiempo de responsabilidad de gobierno, se ha configurado un colectivo de personas que desempeñan cargos de responsabilidad en el estado, y, el inseparable en este tiempo, mercado. Este es el núcleo duro del partido, que ha modificado al alza, en el curso de sus efervescentes derivas vitales, su posición económica y social personal. Ahora, los viajeros ascendentes, se encuentran más cercanos a los poderes económicos y financieros que en el comienzo del ciclo.
Un factor clave radica en identificar las actividades que realizan los miembros del partido que han desempeñado responsabilidades en el gobierno o estado los últimos años, una vez que han abandonado los puestos de responsabilidad estatal. Invito a los lectores a que lo hagan. La casi totalidad de los mismos, trabajan para corporaciones empresariales globales como ejecutivos o asesores, o para organismos estatales de gran relevancia. Son muy pocos los que se dedican a la producción de conocimiento o la inserción en ong u otras organizaciones que actúan sobre problemas sociales. También es infrecuente el regreso a las actividades profesionales anteriores. Parafraseando a ellos mismos, lo que les gusta es la gestión, en la versión castiza de los años felices de abundancia.
Así, Felipe González al servicio del poder financiero global; Joaquín Almunia, ejecutivo de choque de las instituciones europeas para imponer políticas de drásticos recortes; Narcis Serra, devenido en un banquero depredador y generador de catástrofes y víctimas múltiples; José Bono, hombre de la alta sociedad dedicado a los negocios convencionales de la clase dirigente española; Pepe Blanco, protagonista de una prodigiosa carrera residencial ascendente. ¿Elena Salgado, Pedro Solbes, Javier Solana? Todos ellos se han sido beneficiarios de su paso por las responsabilidades estatales. Pero sus destinos sociales los sitúan en la cima de la estructura social, la cual no se encuentra afectada por la crisis, sino todo lo contrario. Así también, los dirigentes de los feudos autonómicos y los locales, que conforman una pirámide de beneficiarios del tiempo del postfranquismo..
Un ejemplo paradigmático es el de Javier Rojo, que en los años setenta trabajaba como obrero manual de la Fournier en Vitoria y hoy ostenta una posición próspera, en la estela de la poderosa Caja Laboral, habiendo consumado el acceso a la élite económica local. La generación de la transición ha protagonizado un ascenso social vertiginoso, conformando una nueva élite en la sociedad española. En coherencia con las nuevas posiciones adquiridas, es lógico que se encuentren distanciados de lo que denominan como “ciudadanos y ciudadanas de a pie”.
Pero, en tanto que desde la transición al presente, los socialistas devienen en una nueva élite económica, sus bases tradicionales, los trabajadores industriales principalmente, experimentan un movimiento de signo contrario. La descomposición productiva genera una sociedad en declive, definida por sus carencias y sus temores. El nuevo tejido social resulta de la concurrencia de las sociedades derivadas del hundimiento industrial o las reestructuraciones múltiples, con la impetuosa emergencia de la precarización, divisa de las nuevas actividades económicas. De este modo, las lealtades electorales experimentan una erosión de gran alcance.
Pero en los años felices del crecimiento, de la multiplicación de los edificios y las infraestructuras y de la llegada del dinero europeo, que conformó la “edad de oro” del partido socialista, este no tuvo la capacidad de elaborar un proyecto de transformación de las organizaciones o de la vida ciudadana. Su oferta se agotó en el alegre bienestar resultante del incremento generalizado de los consumos públicos y privados. Esta es el alma del socialismo de este período histórico. Bienestar material, sólo bienestar y nada más que bienestar material. El alejamiento de las clases medias y de sectores dinámicos de la sociedad española es patente desde mediados de los años ochenta. Cuando desaparece el bienestar, su hueco es rellenado por sentimientos de revancha, en tanto que no queda nada. Ya no hay nada que repartir.
Los años de bienestar y de metamorfosis social de sus élites, vacían su capacidad de generar un proyecto. El débil pensamiento que los acompaña en su ascenso al poder se disipa en los primeros años. El grupo dirigente, desde el pensamiento cero, deviene en receptor pasivo de la “inteligencia” del capitalismo global. Los saberes de la gestión y del neoliberalismo ocupan el lugar de la antigua ideología. Solo quedan los gestos, la exposición de los cuellos en ausencia de las corbatas, la ropa informal y las liturgias de la era industrial, exhibidas en las ocasiones solemnes. En el proceso de extinción del pensamiento, desempeña un papel fundamental el contingente de aluvión de candidatos a puestos estatales, como el que nutrió el partido en los años de éxitos electorales.
Desde la perspectiva del ascenso social del contingente partidario, alejados de la realidad vivida por sus antaño votantes, sin inteligencia colectiva capaz de de elaborar un proyecto a las condiciones actuales y en una situación de escasez que limita el reparto de bienes públicos, el futuro del partido es amenazador. Su principal activo son los efectos psicológicos generados por esa original y tóxica mezcla entre el nuevo poder global con las élites del capitalismo atrasado español, que representa el PP.
Por eso la noche de la fiesta, la rememoración del pasado, la imaginación de que una nueva edad de oro está por advenir, la explosión de la ficción compartida. Pero, una vez que amanece y las cámaras se retiran, vuelve penosamente la realidad diurna. Cabe preguntarse si un colectivo de personas enriquecido, envejecido y fatigado, puede generar un proyecto adecuado a las condiciones vigentes y la energía para hacerlo avanzar.
En la fantasía de la noche de la fiesta, la imagen del secretario de organización Oscar López, hablando a los jóvenes con el estilo mediático estándar, con la aceptación celebrativa de estos, remite a la imagen de Felipe González en los años ochenta, hablando a otros jóvenes, también celebrativos y positivos. Mientras tanto, se tomaban las primeras medidas que abren el camino a la gran precarización que se intensifica en el presente. Mal síntoma.
Lo dicho ¡qué noche la de aquel día!
8 comentarios:
En los años setenta del pasado siglo en el hospital de Silicosis de Oviedo yo pasaba propaganda del PCE, sin ser entonces militante. También pasaba Bandera Roja y cualquier otra que me dieran que fuera antifranquista. Un joven abogado (casado con una guapa radióloga del Hospital General de Asturias, del PCE, hija de minero viejo militante comunista) me invitó una noche a cenar a su casa y estuvo toda la velada explicándome los inconvenientes de "contaminar" el santuario oventense con propaganda revisionista. Él militaba en el MC, era muy, muy rojo. Años después volví a Oviedo con una beca al Hospital General, me encontré al matrimonio a la salida de un cine y ella, muerta de la risa, me contó, provocando intenso rubor en su pareja, que el antiguo revolucionario militaba ahora en el PSOE. Llegó a alcalde de Oviedo y ahora es europarlamentario. Y la lista de conocidos con similares trayectorias daría para varios libros. Sólo en Valdecilla la lista de tropelías de esos socialistas reconvertidos provoca vergüenza ajena. Una de sus bestias negras fue el recordado Llamazares, ya citado en estas páginas. Su anticomunismo revestido de falta de formación y de inteligencia yo creo que fue su común denominador, su seña de identidad. Aún recuerdo la célebre frase de Felipe "hay que ser socialistas antes que comunistas". Y se quedó tan pancho.
Antonio: No puedo evitar el recuerdo del día de las primeras elecciones generales el 15J, en el que fuimos los dos en tu coche para apoyar a un interventor en San Roque de Riomiera. Era un trabajador de Astilleros del Atlántico y recuerdo su apellido. Cuando escucho la versión oficial de la transición y la democracia no puedo dejar de sonreir.
Un minoría marginal de representantes políticos representa y en ocasiones a la multitud oprimida, explotada, margindad. El PSOE está repleto de odios hacia el comunismo.
Publicado el 11/11/2013
Intervenció de David Fernàndez (CUP-AE) durant la compareixença de Rodrigo Rato, expresident de Bankia, davant la Comissió d'Investigació sobre les Possibles Responsabilitats Derivades de l'Actuació i la Gestió de les Entitats Financeres i la Possible Vulneració dels Drets dels Consumidors.
http://www.youtube.com/watch?v=wbXBCxTZBO8
El otro día vi por televisión otro famoso "socialista" de Cantabria. Leguina. Recalcó que el nunca fue comunista. Fue la única verdad que dijo.
En un ataque de responsabilidad entre en la web de mi antiguo partido, piden colaboración, preguntas, ideas...
Les sugerí que expulsasen de una vez al "compañero"
Me parece que no me van a hacer caso.
Tanto Leguina, como la otrora muy roja Cristina Alberdi y un antiguo amigo (y compañero de fatigas en la coordinadora que dio a luz el MIR, en los años previos a la democracia, representante de los residentes de la Concepción) son ahora vocales de una "Comisión Consultiva" de la Comunidad autónoma de Madrid, con supersueldos por no hacer nada, creada por la lideresa para tener un retiro dorado, no fuera a ser que le faltase el dinero. No me lo podía creer cuando lo leí por Internet. De Leguina y de Alberdi sí, pero del otro (me resisto a dar su nombre) no podía dar crédito. La larga huelga de marras, con encierros y algún despido en masa, se ganó por una iniciativa del susodicho que consistió en contactar clandestinamente con el SOMA UGT en Asturias, de donde era oriundo. Cuando la cuenca se llenó de panfletos en apoyo de los médicos huelguistas, el régimen nos concedió todo lo que pedíamos y por ello nació el sistema MIR que tanto contribuyó a revolucionar la sanidad en España. Pues este antiguo socialista (de verdad, no reconvertido y de los convencidos) tras ser consejero de Sanidad en Madrid con Leguina de presidente, es ahora de esos consejeros nombrados nada menos que por Esperanza Aguirre. Lo vi con mis propios ojos y se me cayeron los palos del sombrajo. En consejos de administración de eléctricas, gasísticas y en toda clase de momios habidos y por haber, tropelía tras tropelía hasta dar a luz sujetos tan inanes como el inefable Zapatero....
Gracias por vuestros comentarios. Quiero dejar claro que no soy comunista. El fin de ciclo histórico también afecta a lo que han representado los partidos comunistas. La alternativa al capitalismo global vigente sólo puede ser formulada desde otras coordenadas y por nuevas fuerzas. Es justamente lo que trato de decir en esta entrada. Un grupo de privilegiados, enriquecidos y envejecidos carece de energía para hacer ningún proyecto de futuro, que no sea para sus propios hijos.
La desconexión de esas élites con los perjudicados por este capitalismo es cósmica. También de los comunistas sobrevivientes físicamente al final del ciclo. Reitero la recomendación de ver en Youtube los videos de don Rafael Rodríguez, el consejero de turismo de Andalucía. Si lo veis por primera vez podeis tener la sensación de que se trata de una broma o experimento de Iker Jiménez. Pues no.
Hasta en la renuncia son sórdidos. Los casos de Legina y cia que citas son impresentables en estéticas y contenidos.
El PSOE representa gran parte de un fascismo españolista no resuelto. Aunque no creo en ningún partido actual, no es lo mismo uno que otro y sobre todo unas personas que otras en su cualidad de personaje público. Una minoría marginal.
No obstante, ante tanta multitud e inteligencia de enjambre y otroas concepciones difusas me quedo con la defensa reciente de Manuel Delgado,
dijous 14 de novembre de 2013
Multitudes difusas y multitudes fusionales o masas. Notas para la clase de Antropologia de los espacios urbanos del 12/11/13
http://manueldelgadoruiz.blogspot.com.es/2013/11/multitudes-difusas-y-multitudes.html
Salud,
Mar
http://www.youtube.com/watch?v=a9iFrRUNqpQ
Critica a la democracia directa, el estado es imprescindible como organización duradera.
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